domingo, mayo 30, 2021

Las pruebas de mi último libro, de Bilbao

" Este es un libro de un transterrado en el que se mezclan, en el breve plazo de tiempo enfocado:  ensayo, diario, “memorialismo”, y el relato, que servirá de eje narrativo al sacar provecho de un accidente sufrido en Bilbao en plena pandemia, a donde fue a heredar y comprar casa en Getxo.   Esta viene a ser la excusa para reflexiones culturales, políticas,  incluso antropológicas, que resultan  discordantes, irreverentes y, en ocasiones, mordaces.

Forzosamente queda confrontado con su época de juventud, como regresado de vocación intermitente. Tampoco sale bien parada su generación, cuyos procesos políticos inaugurales resultaron todos nulos, salvo el más perverso y peligroso".


Es un libro que  he escrito en poco tiempo y en mucho en corregir y corregir, y como me ocurre de un tiempo atrás, es el  que, y como, quería escribirlo, ni teselas de un mosaico, ni constelaciones de una vía láctea, relato de actualidad y  reacción de uno a novedades de vida. Muy  pocas cosas vividas en muy poco tiempo, que se retoman y enhebran aderezados de pensamientos personales, sobre ideas colectivas (que las niegan). Libro pequeño, los tratados que los hagan los de las universidades que para eso cobran, las reiteraciones, reincidencias, caminos trillados e inflados en los que uno sustraerse y acatar, para otros; con un pequeño hueco con buenas perspectivas para emboscados

Con los añadidos de la casa: crítica ácida, ironía, mordacidad e irreverencia que es lo que siempre falta en estos tiempos de beatitud y ñoñería.

Mi hijo que están (familia) en México y aquí, ayer jardín con velas , suspendida la tertulia del Oliver, todos, menos mi hermano, que mi foto es la de un marginal. Mi hermano, que quiero hacer  marketing: Así va dirigido a la gente que me puede interesar, o sea que más marginales. Me place esa imagen de la bohemia, (o la navegación, surfismo, viajero, jipi perenne, tipo mi desaparecido amigo Fer, cuando no era pijo del Barrio de Salamanca) ligado al romanticismo e individualismo que denostaban Marx y Engels, cuando los  momentos revolucionarios  franceses de 1848, los  anteriores de 1830 y los de la Comuna de París, 1871, leyendo a mi admirado Enzo Traverso ayer y hoy.

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