viernes, mayo 28, 2021

Cada vez soy -no me parezco- más mi madre

Mi madre me caía muy bien, era chismosa-informativa, superficial -no quería saber nada de profundidades metafísicas o humanas- , adicta a las banalidades, burlona y un poco maliciosa. Le encantaba hablar por hablar, no podía haber silencio entre personas. Era muy fácil tirarle de la lengua y que se pusiera hablar. No hubo una semana en el que faltara la revista HOLA, ni programa del corazón que no siguiera. Creo que fue el único tipo de madre que hubiera tolerado. Inculcó a su familia los valores de la diversión, los amigos y la calle. Lo que hacía ella. Y `por supuesto nunca molestó con deberes y responsabilidades, simplemente soltaba alguna maldad de vez en cuando
Hoy la tercera sesión de rehabilitación. y mi comportamiento ni siquiera es mío, sino el de mi madre, realmente soy ella. A esta señora, le he preguntado por las cicatrices de su rodilla, que son como dos caminos de montaña para motocross. Que no lo habían tenido enyesada la pierna, además de fémur y que sé yo rotos, osteoporosis, un ictus de propina, futuras recomposiciones en el hombro. Era venezolana -le he pillado el acento-, no he llegado a buscar su confirmación. Lo que no he hecho nunca, saludo el primero, según pasan.
Esto es el magneto y trozo de mi pierna buena. Aquí 12 minutos. Había en mi cercanía una señora que con el pie bueno se ha bajado la camilla, dándole a la palanca, para tumbarse, ha extendido la cubierta de papel desde el rollo.
-Señora, permítame la intromisión ¿qué veteranía ostenta en este lugar, porque le veo muy diestra en aptitudes auxiliares  de rehabilitación?
- Desde el lunes, cinco días- sonriente
-Pues eso que hace usted yo no lo aprendo ni en un mes. Ya llevo tres días y justo hago sentarme y levantarme.
Hoy No sustituía a Yen. ya le he dicho que era de Bilbao y todo el mundo sabe que soy de Bilbao, y la de la camilla más próxima que había oído la conversata, que ella era de Zaragoza y que llevaba 39 años en Canarias, y hablaba con acento canario. Pues yo 40, y no parezco ni de Bilbao, sino  de pueblo  rural con frontón, iglesia y batzoki.
Me he acordado de mi madre, y por momentos he dudado quien era, sin acaso un usurpador.

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