jueves, abril 30, 2015

Noche triunfal en Las Arenas

Llegamos a las 16 horas del martes  a Loiu. MH nos había reservado mesa en la Despensa de Las Arenas. El camarero latino. De qué país eres. De Bolivia. ¿De Santa Cruz de la Sierra? Sí, y se le anima la cara como si fuera un paisano. Ayer que estábamos con unos amigos tomando unos vinos, vino a  saludarme. Qué pronto amistas, me dicen.

De allí no vamos a  casa. Luego en  metro a Bilbao. Otra vez juega el Athletic, es como si estuviera esperando a que llegara yo, si la vez anterior jugó contra el Real Madrid ahora juega contra los hermanos  de la Royal Society. Tomamos unos vinos por la zona del Guggenheim (más o menos) con unos amigos y de allí nos vamos a Pozas, donde continuamos abrevando. Vamos al metro, y que no hay hasta que acabe el  partido. Pero cómo nos hacen eso, si queremos evitar a la turbamulta precisamente.
Tenéis que esperar 30 minutos, y hacemos un corrillo con 8 vigilantes y dos empleados. Estamos en Euskadi.  Reímos. Pues tomaros un vino. Es verdad, y salimos a la superficie (m2) para entrar en el cubo de bar (m3).
 Estamos en la parada anterior a la Catedral. Nuestra parada  ya está  densamente poblada, saludos a vigilantes y empleados: ir rápido y al primer vagón.
Siguiente parada: San Mamés rojiblanco. Digo, metro japonés  y algunas sardinas se ríen. Los rojiblancos van circunspectos, los leones no han podido con  la Royal Navy y parecen argentinos   enlatados. Unos que bajan en Erandio nos saludan  estilo vasco, con contacto físico. Ocurre que XY está diciendo todo el rato aunque por lo bajines “Athleeeeeetic”.
Llegamos a las Arenas y queremos seguir bebiendo. Vamos al Pub de la buena música, donde el dueño me echó tres años de más hace exactamente doce años. Y desde entonces le dedico  una mirada aviesa y despectiva. Retorcida.
Le digo -tú me afrentaste con tres años sobrantes- en junio de 2003, el día que actuaban en San Mamés los Rolling Stones, y si no te saludo es porque jamás te lo he perdonado.
-Es que entonces no me había operado de cataratas- me responde el rústico del dueño.
Hay una que se queda sola. Estamos nosotros  tres y el monstruo del lago Ness. Súmate a nosotros y qué tomas y cómo te llamas.
-          María Elena-
-          A qué te dedicas-
-          Soy profesora de inglés
-          Mi niño que es  muy listo, sabe tanto inglés (mucho más que tú, dicho sea de paso), al punto que vive en EE.UU. y el inglés es ahora su idioma materno, cosa  que me temo  no te ocurre a ti-  y prosigo-  ¿cómo te apellidas?-. Y me dice 4 apellidos, solo 2  vascos: los no vascos de donde los has sacado
-         -Pues uno proviene de Burgos y el otro de Santander-
-          -Todos mis apellidos son vascos, yo no tengo apellidos ni de Burgos ni de Santander. Tú   entonces lo que  eres  es algo vasca. Qué vergüenza.
-          -Y tú – le digo al dueño, que me da el DNI- aquí solo hay dos, no me jodas que tú también tienes apellidos de Burgos y Santander.
-          -Yo soy vasco, del PNV, de la Virgen de Begoña, del Athletic y del Igualatorio- cuando era joven a quien soltaba  esas jaculatorios  populares-populistas  yo los  insultaba.
-          -Tú lo que eres es un simple, seguro que de algún baserri (aldea) de Munguia, de los que nacéis con la camisa de cuadros puesta  para  cortar la hierba.
Continúo -tanta música y símbolos norteamericanos y  seguro que no has salido de Vizcaya, ni a Benidorm, ¿o estoy equivocado?
-          -Sí. he estado en EE:UU y varias veces.
-          -¿Sí? Dime un estado- Y me suelta 8 ó 10
-          -Qué más has hecho  ¿deporte? Cuál
-          -Surf
-          -Tú ¿surf? Dónde
-          -En Mundaka
-           -¿En Mundaka?, si yo soy de Mundaka. Aparte de que nada en ti  induzca a  creer que hayas hecho ningún deporte alguna vez en tu vida. Mira mis espaldas- como llevo 10 días con pesas ya puedo mostrar hombros y omoplatos y procedo a quitarme la camisa para enseñar la parte alta de mi espalda. Cuando ya me he desabrochado 3 botones, XY aborta el operativo. ¿Estás loco? Estamos en un lugar público.
Entra el que enseguida sería Álvaro, creyendo que se iba  a tomar una copa sólo y tranquilo. Desde nuestro ángulo le socorro  ¿cómo te llamas?
-Álvaro-  departimos y se acerca
- Álvaro, te ofendería si te invitara a la copa. ¿Cómo te apellidas?-ya para empezar el primer apellido no es vasco pero próximo- ¿pero tú de dónde procedes?
- De Durango, de Tavira-
- Que casualidad, porque de Durango quienes procedemos somos nosotros. Mi abuelo era de Abadiño. Que pasa ¿que a este bar no vienen vascos? Porque todos mis apellido son  vascos, todos, no la mitad  o alguno. Todos.
Dice el del bar a Álvaro- Ahora resulta que es de Mundaka, Durango y Bilbao.
-Tú no te enteras de nada, ya se ve que eres de algún baserri (aldea) de Munguia y que no te enteras de nada, salvo el uniformarte de recién nacido con las camisas de cuadres para cortar la hierba o leña.
Ante cada insulto le doy la mano (se lo copio de Gaviño), y también le invito al dueño a  un gin tonic-
-Gracias estoy con uno, pero luego me lo pongo- de vez en cuando le trato de dar dos besos a María Elena que está un poco fuera de lugar, me rehuye, debe  encontrarme salaz. A las vascas les interesa el sexo más  como reivindicación que como fraternidad nacional.
Álvaro nos invita a  otra ronda. Estamos en territorio vasco, no hay duda. En Al Andalus nadie me invitó a nada, y no digamos mar mediante más al sur…
-Álvaro, te voy a hablar sin preámbulos, como se ve    que estás divorciado, la pregunta es a cuántos hijos tienes que pasar la manutención- le espeto.
- A dos-
-Nuestros abuelos –cuento yo- nacieron entre vacas, gallinas, conejos, tomates, perejil, manzanas, maíz, higueras, hierba,  pero dos generaciones  después estamos nosotros, que somos refinados, ilustrados, cosmopolitas,  simpáticos y mundanos.  Nuestros padres también  eran bilbaínos. Nosotros somos unos advenedizos en las Arenas, de acuerdo, que   no nos hubiera  importado nada haber  sido unos pijos locales de rancio abolengo,  aunque vivimos en Zugazarte.
Cuando nos fuimos, según refirió XY, María  Elena  se asomó para ver si torcíamos para Zugazarte.
Dice XY,  a este paso lograremos no poder entrar en ningún bar de Las Arenas. MH comenta: amista tanto porque les unta a todos pagándoles la consumición, no por otro motivo. Pero ha de reconocer  en cambio “que  cuando voy al antiguo Igeretxe siempre me tratan ad honorem porque saben que soy tu hermana”. Comemos con Ekain antes. Empiezo a pedir un chupóptero y el camarero señala que se acuerda perfectamente de mí y dónde nos sentamos la última vez. 


domingo, abril 26, 2015

Boda en Pamplona

Museo Oteiza
Estamos en los altos de Ifara, a unos 180 metros sobre el nivel del mar. El mar es lo que, a medida que se hace de noche, queda en una oscuridad trémula tras el mar de luces centelleantes que es la ciudad.

Celebramos el cumpleaños de Fer, primero en la amplia terraza que pende sobre el mar de luces, más tarde en el interior. Con ellos allí, es como si fuéramos eternamente jóvenes.  ¡Cuántas fiestas! Siempre han representado lo contrario a la convencionalidad, la norma y la rutina. Pues  allí me siento algo especial, como si fuera un tipo muy raro de vasco, con un RH muy poco común, tipo  entre irgikistaní y zulú.
Museo Universidad de Navarra
La cena es sumamente glamurosa: caviar Beluga, un paté traído del cielo, unas patas crustáceas  (como chatka) fantásticas y sushi, regado por caldos de alta graduación (calidad) y luego trufas y chocolate con botellas de champú. Se hace recuentos de escenas muy transgresoras, hay liberales empíricos y liberales (desprejuiciados) no empíricos. 3-2 (nosotros). Se entra en detalles y sobrepasamos las cuatro de la madrugada. Fer entretanto ha sacado su cofre de drogas y se ha liado unos canutos. Otra vez 3-2, beber. Esto de ser vascos… Hablamos también de mi última cita en Baltimore, en el puerto, la reyerta y el botellazo o navajazo.
La semana que viene, puente, y  tenemos boda en Pamplona y según anuncia  MH mucho trabajo de papeles en Bilbao. Ella ya se ha movido, ahora debo concurrir yo también. Siempre  me he mantenido al margen de todo y no conozco un solo papel ni de vista. Ahora que mi empresa me tiene acostumbrado a la inacción total, me fastidia ir a Bilbao a cosa distinta que no sea la holganza, bebida, comida y museística. Lectura y escritura. ¡Además,  con todo lo que me gusta eso a mí! Para mí lo del derecho y la gestión fue enteramente  natural y vocacional. Me salía de las entrañas. Menos  mal que viene XY. Mi tendencia espontánea  es a salir de la cápsula espacial a flotar sobre el espacio, ingrávido(s) y gentil(es)l como cantaba el ilustre progresista (y profesor, como todos ellos) Serrat.
Estos meses a partir de la muerte de mi madre, evocamos tiempos, acontecimientos, alguna sombra familiar que yo no  suelo recordar o no sé cosas, así que MH me dice: “Vamos a ver, ¿pero tú estabas o no estabas allí?”.
-Estar, claro que estaba -respondo-,  pero por lo que se ve no muy atento.
Hay una diferencia de conocimientos abismal entre los dos. No es algo que me pese, más bien todo lo contrario. A pesar de ser el mayor, parezco el último de 8 hermanos o más.
Pamplona
Hay una cita pendiente en Pamplona y alrededores: Alzuza. El museo fundación de Jorge Oteiza, el extraordinario escultor, ensayista, poeta luminoso y bastante demente. El edificio es del  gran arquitecto Sainz de Oiza.
Parte de mi generación –como siempre la parte inquieta- fue muy influenciada por él. Yo mucho. De mi libro Vasca cultura de altura: retorno estético a Oteiza & Ibarrola (el que más me gusta)  hay dos referencias en el Museo (lógicamente). Y de la  egregia institución cultural Príncipe de Viana, de su director, tengo la carta más ensalzadora y penetrante  que he recibido nunca, sobre ese libro precisamente.
También veremos el Museo de la Universidad de Navarra, que es de otro gran arquitecto navarro, Rafael Moneo, este es Pritzker (el nobel de arquitectura); en Navarra la familia Huarte fueron los más grandes mecenas del arte contemporáneo de España. Vamos al hotel de los toreros.
Para proseguir con mi comportamiento en Cádiz y en Las Arenas cenando tras el funeral de mi madre y vinos por Mundaka,  con mis tres familiares  de primer grado en un bar, que estuve muy rebosante, igual ensayo en la vieja Iruña lo de mis 10 apellidos vascos,  aunque allí sí que hay riesgo. Mi abuela paterna era de San Sebastián y  se apellidaba Artazu, como un pueblo navarro, algo que los camareros iruñeses sin duda desconocen, lo de mi tercer apellido. Igual digo que soy navarro de pura cepa. Me daré en llamar "Artazu" como si fuera un ex-pelotari. Y que fui uno más que pasó del carlismo (mi abuelo era carlista) foralista y españolista en una sola generación a Herri Batasuna, que es lo que ocurrió con gran parte. Lo contaría al revés. Más emocionante.


jueves, abril 23, 2015

Rose Mary, la burgalesa

Hace poco me decían telefónicamente que mi futuro lugar de anclaje debería ser Sanlúcar de Barrameda, enumerándome todas las disponibilidades del lugar y que serían de mi agrado: bares, la librería de un amigo y un montón de cosas, incluida la posibilidad de largas caminatas. Causé buena impresión en Cádiz, gracias a mi concisión comunicativa y  maneras templadas, que siempre es garantía de sociabilidad y aceptación. Tanto debió ser, que me han propalado las brisas de la bahía de Cádiz. O el "levante" que azota en la zona “Burgos”.
Me temo que estoy en otras circunstancias de realidad. Con el pasar de muchas décadas comencé a tener nociones (ciertas) sobre mí. Al ingresar en  la cincuentena asumí dos hitos existenciales decisivos: debía aceptar que carecía de cualquier tipo de vocación –no tenía reservado ningún destino de plena felicidad, nunca sería por ejemplo un científico que con su pasión  desbordante tuviera la suerte de enajenarse de la vida-, y lo peor: que así se podía vivir, incluso que eso era la vida. Desapareció como por ensalmo toda aquella vocación  de torear a la vida, de ser objeto de mi introspección absurda en la que había consumido buena parte de ella. La vida venía a ser todo lo que no era yo. El “No-yo” de Fichte más o menos.  Me entraron muchas ganas de hacer cosas, pero no era tan fácil cortar con tu abismo interior.
Se puede pensar  que hubo un tránsito en los interrogantes  básicos. Del QUIÉN pasé al QUÉ. El quién es uno es  una pregunta realmente estúpida, que no es lo mismo (pero parecido) que el deseo desesperado de sustraerte a la vida con alguna gran consagración a algo elevado. La vida real no tiene elevaciones sustanciales.
He tenido tantas  aparentes pasiones, he añorado poseer tantas vocaciones, que con tanto atrezzo y vestuario te tienes que preguntarte por el QUÉ eres realmente, partiendo de que la respuesta no te va a gustar nada.
Durante todo el tiempo que vivió nuestro hijo con nosotros siempre traté de engañarle. Según cómo me vestía le decía qué era. Director de cine francés, periodista del Frankfurter Algemeinde Zeitung, corresponsal de guerra del Herald Tribune,  ex preso político bajo el Telón de Acero, filósofo neokantiano de Marburgo. A lo que mi hijo me respondía lacónicamente: tú eres un abogaducho.
Desde  que mi hijo se autocatapultase al cosmopolitismo sucesivo por los dos hemisferios terráqueos, dejé de poder  suplantar ya ninguna profesión. Pero seguí haciendo trampas.
Le preguntaba  a XY qué era, y me contestaba: un intelectual. ¿Un intelectual? Sí, ¿si?, sí.
Esta mañana cuando me estaba vistiendo  he tenido una certidumbre que no había tenido antes: Lo que más me gusta es leer y escribir. Creía que en nada había profundidad y compromiso.  Además llevaba varios años presumiendo de qué a mí no me gustaba prácticamente  nada.
Ocurre que vuelvo a ser el más leído del periódico otra vez, y que el artículo del martes ya lo tengo escrito. Y que en mi larga travesía por el tiempo (de espera) ya he empezado a relatar mi historia, y sale. Ahora sí.  También hago ejercicio. Para cuando me instale en Sanlúcar.



sábado, abril 18, 2015

Estoy también en la cultura islámica

Muy gratificante este descubrimiento. Es en la bibliografía del trabajo donde aparezco, con cierta holgura por lo demás.

http://www.redislam.net/2015/03/la-cultura-arabe-presente-en-espana.html

Un tipo interesantísimo


El lunes pasado cuando estábamos en Los Reunidos, se me acercó el presidente de una asociación cultural para presentarme  a un profesor de la Universidad de Granada que había conferenciado (últimamente siempre estoy haciendo neologismos, aunque éste ya lo había dicho Julián Marías; según mi hermano tengo igual mérito porque no lo conocía) en el Tea sobre Tel Aviv. El profesor viaja frecuentemente a Israel y sabe hebreo.
Alexander  - elige a sus amigos como un entomólogo alemán, aunque él es austríaco por parte de  padre-, que es miembro de nuestra asociación canaria de amistad con el pueblo israelí, propone dos conferencias sobre Israel, de padre e hijo. Nos convocamos en nuestro hotel el jueves pasado.
Llega el que yo creía el hijo que resulta  ser el padre. ¿Pero qué edad tienes? 51. También viaja todos los años a Israel, pero en lugar de a Tel-Aviv como el profesor de Granada lo hace a  Jerusalén.
Mi hermano le dice: “llevas la cruz gamada” –le cuelga del cuello una cruz. Le corrijo: “en todo caso sería la cruz de hierro (del ejército alemán)”. “Eso”, me responde, pero dice el aludido: “no, es la cruz de Malta”. Pensé  citar la de Caravaca, pero callé. No soy experto en cruces, bueno, quizá en cruce de caminos  como el asno de Buridán antes que de  Ignacio de Loyola camino de Tarrasa. Al decir de mi hermano en la reunión, toda la educación religiosa recibida me entraba por un oído y me salía por el otro. Se puso un par de veces farruquito. 
Nuestro hombre exhibe extraordinarios conocimientos, que da un  gusto inmenso oírle. Lo mismo de epigrafía  que historia de las  religiones, de la actual situación política, y del mundo antiguo en general. Acude a  una universidad de Jerusalén anualmente a estudiar textos bíblicos y lenguas antiguas. Su hijo es arqueólogo. No me extraña. Dice que su ciudad es Jerusalén, con lo que colma toda mi atención e interés. Ha citado Tokio. Se ve que no habla por hablar, que todo lo que dice de drusos, coptos, assessins (una secta Chií de la que se dice viene el nombre de hachís), hachemitas, ismaelitas…  revela conocimiento, y cita a Otto Rahn.
Tiene mucho contacto con los franciscanos que son los custodios de los santos lugares desde el siglo XII o XIII. ¿Desde las Cruzadas?-inquiero. “No, de justo después”, señala. Me entero, contra lo que yo creía, que la iglesia armenia sólo controla una pequeña parte del Santo Sepulcro, que visité. Los ortodoxos la parte de arriba, todo el resto los franciscanos. Habla de paules, dominicos,  por supuesto franciscanos, tiene mucha relación con  su superior, por supuesto  de palestinos… Es un fan de la ciudad vieja de Jerusalén, donde yo no aguantaría ni un atardecer ni una noche. El conocimiento de las  religiones me atrae mucho, pero estas me abruman, y en la ciudad vieja su gravitación es muy poderosa, y además están  todas.
 Conoce muchísimo.   No es partidario de hablar de la situación política porque habría que ser objetivos. En Hebrón, tumba de los patriarcas de Israel, los colonos (sus colonias) han cercado a los palestinos, y pasean con sus novias con el  fusil de asalto M-16 al hombro. Según una novela del escritor judío americano Philip Roth, la mayoría de colonos son norteamericanos, según nuestro amigo, eslavos. No habrá Israel duradero  sin un estado palestino, creo que lo pensamos todos.
No conoce el término jaredíes referido a los ultraortodoxos y no hablamos de los hassidim. Pero me descubre a los mitzrayim, judíos de Egipto, a los que también llaman alejandrinos.
Nos habla del mesianismo judío una rama que reconoce a Cristo como Mesías  pero que sigue el ritual judío, como la más primitiva comunidad judeocristiana. Hablamos de los concilios de Nicea y Constantinopla, que introduzco yo, para rebatir a mi hermano.
Nos  descubre que el talit con el que se cubren (o  descubren) los judíos para orar, según el color de los cordones refleja la procedencia o devoción específica.  Nos cuenta que los judíos nunca se fueron de Israel, que ininterrumpidamente siempre permaneció una comunidad israelita, y que se les reconoce también por el talit.
Está preparando un viaje muy barato, sería muy interesante estar con los franciscanos y visitar los santos lugares y regresar a Israel. Me entran unas ganas locas de volver a Jerusalén, Tierra Santa por primera vez y Eretz Israel.
Al salir le pregunto de qué es profesor (de universidad) y me dice que no es. ¿Quién  eres entonces?  (¿acaso el Mesías?). Trabajo para una empresa de seguridad internacional. Ha vivido en Tokio y en muchos países de Asía. Si fuera profesor, su personalidad apenas tendría interés, porque sería lo propio. Que tenga un trabajo muy  práctico y cosmopolita le da una proyección verdaderamente interesante, inusitada.  

miércoles, abril 15, 2015

Empiezo a escribir mi historia en la espera

Esta mañana un vecino me ha preguntado si ya no trabajo. Mi situación es tan evidente que llega a mi propia calle. En el SEMAC preguntan por mí. Sigo vivo.  Demoro mi presencia en los juzgados de lo social, porque sé que en los cajetines o bandejas no va a ver casi nada –los que éramos habituales poseíamos uno de esos para hacer más rápida y directa las notificaciones- y efectivamente  así ocurre. En todo este mes ni un solo acto que realizar. Vacío total.

Al parecer preguntan mucho mis compañeros por el desenlace judicial. Aún nada.
Llevo mucho tiempo, más de un año, resistiendo a todo este juego de humillación y castigo dos veces por semana, más todo lo derivado como lo antedicho. En mis días de consulta aparece ahora la  abogada T, hoy por ejemplo estaba el clan familiar. Es otra demostración. No solo me quitan todo sino que también ponen, pero para que vea que no existo. Aparte de ser muy  buen fajador, tengo otros estímulos y soy inquieto amen de resistente. Como el impasse se alarga, ya he emprendido algunas iniciativas.
Ayer inicié la historia que tengo que contar, había escrito bastante en cuadernos y a impulsos, pero no en  ordenador que es cuando el proyecto empieza a cobrar consistencia. Empecé copiando pero seguí improvisando. Historia me sobra, pero me faltaba la forma, el punto de vista, el tono. Escribir sobre sindicalismo, por mucho que seas el único  -y encima es verdad, ¡qué vida la mía más absurda!- que lo ha analizado en sus circunstancias reales y concretas, es un tema de nulo interés. En mi anterior libro -el comienzo de esta historia- alguno leyó sólo lo que contaba de mi vida y experiencias, y se saltaba todo lo relativo a sindicalismo. Otro tanto ocurre con el laboralismo. Ya no puedo acudir a mi historia personal y experiencias porque ya está escrita, por lo que te quedas como un oso blanco sobre  un trozo de hielo desgajado del gran iceberg o continente.  Cuánto intelectual, cultural o socialmente menos dé de sí  el tema, mayor es el reto literario y ensayístico, que es lo que me ha animado, pero hay que pillarlo. Y que el Rapsoda me haya dicho hoy, que escribo distinto (prensa),  que le gusta más. A lo que le he dado muchas vueltas (la ejecución).
El caso es de prensa, porque es noticia en el sentido de dogmática periodística. El hombre no muerde al perro: noticia es si lo hace, porque es al revés.
Esta historia que contar tiene una vertiente que es la que menos me interesa, que es la jurídica. Si singular en un sindicato es el mobbing, no lo es menos la concentración de piquetes llegando al unísono: más de 30 que gozaron de permisos sindicales aquel viernes 31 de octubre de 2014. Si procesalmente no cuenta –y están los jueces acostumbrados a escenificaciones no ejemplarmente maduras-, sí puede ser interesante desde el punto de vista de la comunicación social. Esto por tanto es de prensa y empresas. Infinidad de   testigos  observaron la bravía irrupción de los escuadristas, lo que son las cosas, hasta de la Junta directiva del Colegio de Abogados vieron al escuadrón llegar compactos. No aguanto las intimidaciones fascistas, durante el franquismo me rondó la extrema derecha/policía. Se limitaban a hacerme llegar que me tenían controlado, con llamadas telefónicas de madrugada con silencio, y muy medidas, de lo que tengo un recuerdo vívido. Imponían mucho.  Sin darme cuenta ya tengo escrito el artículo sobre los escuadristas. Que esperen también. Por cierto ahora mismo -lo puedo volver a decir- en el digital de El Día, mi artículo de ayer es  el más leído. 
Como justiciable no pude hacer nada, pero sí como ciudadano, que lo soy en todo lo que no soy justiciable, fuera de ese delgado fragmento o episodio. Y fuera  también de mi mundo laboral hago más cosas, y  estoy haciendo un esfuerzo por llevarlas a cabo. Algo tan sencillo como leer entresemana. Mi empresa me paga ahora  para ello, aunque no todo.
Ayer empecé a escribir la historia que estoy obligado a contar. Los ensayistas somos moralistas en el mejor sentido, siempre, y  aunque elípticamente, propugnamos un “deber ser”.  Estoy ante una mina, cierto que no es de oro ni de ningún metal valioso, pero es una mina. Si seré moralista, que en mi libro “Abogados laboralistas y pos-sindicalismo”, escribí todo un capítulo sobre moral, ética y deontología de los abogados. Hice un esfuerzo de reflexión, también tenía motivos.
Sobre que dos abogados/as laboralistas declaren en un juicio de mobbing  a favor de la empresa, no soy quién, ni me compete lo más mínimo, para hacer valoraciones desde el punto de vista procesal o de la justicia. Ahí no soy ni abogado, sino mero justiciable.
Pero como alguien comprometido políticamente toda su vida, puedo y lo he hecho, escribir sobre laboralismo, y puedo  y lo he hecho, escribir sobre moral y ética en la abogacía. Esto también da de sí. Y de la resultante de todo ello puedo reflexionar sobre el mobbing, allá donde no le interesa al núcleo procesal del derecho. Sobre conductas grupales cerradas y que llegan hasta el final. A una escenografía increíble, casi wagneriana. Coros y fanfarrias.
Me temo que seguiremos. Como abogado quiero mantenerme ajeno a pesar de estar ante cursos de historias que no se solapan ni influyen. La justicia tiene su campo y yo como ciudadano tengo un gran abanico de actuaciones y posibilidades. Pero soy abogado que cuida el respeto y las formas, mientras espera el curso judicial.
¡Qué de mi impaciencia e impulsividad! Lo que es la vejez (joven). 


domingo, abril 12, 2015

Oliver neoliberal


Cuando llego al Oliver, es como si estuviera a punto de entrar en la Casa Blanca y me digo para mí, ¡que preciosidad!, además vengo a algo tan placentero como es  nuestra tertulia. Ayer había gente de postín: los grandes patricios, que además parecían ilustrados. Y tres más, neoliberales de verdad,  con nosotros. Uno de estos había venido de Sevilla a dar una conferencia. Me lo pasé muy bien.
Los neoliberales son auténticos creyentes, como los comunistas de nuestra juventud. Están muy preparados  en teoría y en  funcionamientos (ideales)  macroeconómicos. La economía les fascina y son más duchos que los viejos comunistas, aunque igual de dogmáticos y con la misma aptitud política de los comunistas para alcanzar el poder: o sea ninguna. No actúan sobre algún sustrato real: social, ideológico,  cultural e histórico. Es la gente más anti-política que he conocido jamás.  Solo confían en la Escuela Austríaca de Economía, cuyos antecedentes se remontan al SXIX, enemigos de la Escuela clásica y los métodos experimentales e inductivos, creen en la deducción lógica más que en los múltiples pliegues y aristas mudables de la realidad. Son llamativamente  doctrinarios, puro S XVIII, y no solo eso, como se lo reproché a ellos, encima tecnócratas con soluciones sectoriales, lo que es un sin sentido. O se es doctrinario y creyente o se es tecnócrata practicista que cuida detalles y  aplicaciones. Estos son las dos cosas a la vez.
Tienen aún su Sinaí en Viena y odian a Keynes. Librescos y por ello recitadores, tanto es el  dogmatismo  con que contemplan el mundo,  que ven los procesos históricos y económicos como un sistema holístico y cerrado, en que no hay margen para del error o la inviabilidad. Es como si el mundo se hubiera detenido a la espera de ser redimido por tres autores y 20 libros de epónimos de los grandes padres de la iglesia austríaca de economía.
Muy discursivos y teóricos, mantienen esquemas autorregulativos exactos, pero completamente locos.  Al ser tan doctrinarios es muy fácil desarmarles. Hablan de privatizar el ejército, la policía y la justicia, y se refieren a consumidores.
-Para empezar no hables de consumidores, que pienso en tiendas y en grandes superficies, si me hablas si eso puede ocurrir sólo en un país, con o sin minorías, como el “socialismo en un solo país”  de Stalin, o ha de ser  mundial como  la “revolución permanente”  de Trotsky, para ser viable, háblame de nacionales de un país y, si es en términos políticos, de ciudadanos, pero no de consumidores, que estás haciendo trampa. Hay realidades tan o más determinantes que los mercados de consumidores- enfatizo como un presbítero.
Pues resulta que esta secta austríaca está muy preparada,  tan libresca  es, y  muy activa. Hasta  desayunan los sábados en la luna.
Ayer, nuevamente Popper con “La sociedad abierta y sus enemigos”, y sus 800 páginas, que no he leído, pero el único que habló con conocimiento de causa y bastante profundidad fui yo, cosa que lo repetía cada vez que abría la boca, que solo se daba  cuando no la tenía cerrada por descuido. Tengo 2 libros de Popper que los he leído casi tres veces.  Me sentí muy a gusto y desbocado con Popper, como si estrenara novia refulgente, de forma que hice reír a la mesa y la reunión todas las veces que quise (mi máximo triunfo). Ahora mismo podría escribir sobre Popper unas 1.800 palabras, dentro de una semana serán dos líneas.
Me permití escarnecer a mi hermano comiéndole sus patatas fritas. El cínico me dice -yo esperaba que me clavara el cuchillo en el dorso de  la mano-: “Ya sabes que todo lo mío es tuyo”. Así el argumento, me retiré de la confiscación.


jueves, abril 09, 2015

2 días de humillación y castigo


Tal vez tenía que haber escrito un diario sobre la humillación y el castigo continuado que dos veces por semana me inflige mi empresa, desde hace bastante más de un año. Al no pasarme nada de trabajo, me limito a estar, antes con la  compañía  de algún amigo a última hora, ahora solo. Mi situación es de presente no existente. No hay relaciones de ningún tipo, salvo 2 elementos del escalón más bajo. Presumo de haberme movido por muchos ambientes, pero nunca he conocido a gente que se diera tantísima importancia, basta   fijarse en el convenio colectivo que se celebraron, un tanto estilo imperio. El núcleo de directores necesita imbuirse de mucho estatus, lo típico: los méritos no les acompañan demasiado.  Ni han pasado por Havard,  ni les han fichado de otras empresas. Y tampoco han sido obreros No sé si nos hacemos el cuadro.
Esta semana santa dos amigos por su lado, me dijeron que cómo puedo aguantar. Ni él ni ella son gente floja. No me resulta muy difícil, también tomo algún relajante que no afecta a mi vida normal.  Solo tengo una cualidad y es que en las guerras de resistencia soy muy perseverante e implacable. Se lo demostré por primera vez a mi padre –nunca hablé de nada personal- y nos llevamos en adolescencia y juventud a matar. Era capaz de autoinmolarme por fastidiarle. Acabé muy bien con él, y con todo heredé una parte muy valiosa, todo lo concerniente a la belleza, el arte, la cultura, el amor al país. Con todo, hubo padre. No creo nada en las conversaciones padre-hijo, afortunadamente no tuve ninguna –igual de eso viene esa permanente desorientación en la vida que tanto al final me ha beneficiado, siempre he estado en la “novedad”- , pero sí creo en la transmisión de valores, referencias, deseos, ideales. El respeto, la devoción, el amor por cosas, la conducta esencial no se enseña sino que es apelada veladamente, inducida con delicadeza, como valores en sí, que no pueden dictarse o explicitarse, porque están ahí (y se devaluarían) para ser descubiertos y asumidos.
Supongo que gracias a aquel largo y encarnizado combate contra mi padre, soy muy duro de roer. No lo había relacionado hasta ahora, ni en otras contiendas.  Algo que agradecerle también a él, que me lo puso fácil. Gracias Aita. Aunque no es todo cultural o familiar, uno  desde el punto de vista de las pulsiones no es nada morigerado. Lo que viene muy bien. Por eso se dan las actuaciones.
Ahora he descubierto el sufrimiento casi como un don de la vida, que la enaltece y la completa, que le da dimensión, relieve, consistencia y plenitud. No puede haber gozo sin contrapartida. Pero no pienso en Dios. En la adversidad estamos con nosotros mismos de una manera comprometida e íntima, en el placer nos salimos, que está muy bien también.
XY me reprocha que no se perdonar, no estoy hablando de mi situación, que soy combatiente de verdad y lo saben, sino en general. Pero es mucho decir.
Cristo dijo en la cruz: Perdónales Señor que no saben lo que hacen. El cristianismo es perdón y absolución. Obra de Dios y sus vicarios. En el judaísmo el perdón es absolutamente distinto, solo puede concederlo la víctima, y como principio  hay que odiar el mal. Yo soy judío.



sábado, abril 04, 2015

Cuento la vida de Jesús

El padre de Juliane es dos meses más joven que yo, y ya está jubilado. Profesor de literatura  (clásicas) dedica en la Selva Negra  (Baden-Würtemberg), donde vive, 9 horas a la lectura diaria. Lo que yo no acumularé ni en toda la semana santa. Sigo siendo lector de fin de semana y así me va.

Ayer bajamos ella y yo a media mañana a la ciudad atlántica que mira al campo: los guachiches, y se vacía. Atravesamos el parque de los Cuchillitos de Ofra, (que como siempre está vacío, lo que no entiende Juliane) que es muy curioso y obra de renombrados arquitectos locales, y  algunos barrios, donde le he mostrado las apropiaciones (acotamiento expansionista con muro) de los vecinos de las esquinas de las antiguas barriadas obreras de casas unifamilares, duplicando la propiedad. Luego le he enseñado la cantidad de instalaciones deportivas que hay por los barrios de la zona que atravesamos, sin utilizar. Se ha quedado también de piedra.  Solo hay un campo en el barrio de  Somosierra donde juegan chicas sudamericanas al fútbol, con sus familias de público y sarao, los domingos, que vaya  si lo aprecian. ¿Algún doctorando sociólogo por ahí, sin tema?
Le comento que el español que más odia su propio territorio es el canario, por el napalm de la autoconstrucción y el desdén por el entorno. La alemana me ha contestado que seguro que sí. Me recorrí entera toda la Península el otro día, y no se ve nada parecido.
En el Atlántico nos hemos tomado el aperitivo: 3 cervezas y 2 vinos, y 2 cañas porque  estaba el Rapsoda.  Taxi.
Anteayer subimos a la cota 600, La Laguna. Las iglesias -no me acuerdo de los nombres: una al lado de Correos, la otra del convento al lado del ayuntamiento- estaban resplandecientes. Te entraban ganas de bautizarte  de tanta belleza, encanto, sublimidad que irradiaban. Pensaba: todo esto y el esquema urbanístico de la ciudad se trasplantó a  América; la plata repujada que cubre los retablos  en cambio  procede de allí.  El auge hostelero de la cota 600 parece querer competir con las 7 calles de Bilbao.
XY es religiosa, pero no de dogmas, doctrinas, prácticas e instituciones sino de religiosidad o espiritualidad, le encanta la plasticidad y la estética católicas, que son vías de acceso. Gusta entrar en las iglesias y recogerse 2 minutos. Yo en cambio estoy completamente mineralizado.
Juliane es protestante y aunque no es creyente respeta extraordinariamente el luteranismo, no así el catolicismo. Es interesante el desdén protestante hacía los católicos, es algo hondo y cultural. Le comento a XY que  es muy curioso el desprecio protestante al catolicismo, de gente que no pertenece culturalmente a un país católico por antonomasia, acostumbrados,  cómo no, a  la izquierda española anticlerical y zafia. Le he dicho antes  a Juliane: la izquierda más trabada y  cosida a la iglesia es la española, ninguna otra ha quemado iglesias, matado curas y monjas y  violado novicias como la izquierda española. Meapilas o quemaiglesias, no hay más.
-Tú te imaginas –prosigo- a Rosa Luxemburgo y a los espartaquistas  o incluso a los soviets de Munich del 1919, o al Frente Popular francés de 1936 quemando iglesias y asesinando curas… Sólo en España ¿Y crees que han pedido perdón o que a alguien se le ha ocurrido que se les pueda exigir? Nada, bueno mientras no lo repitan... De reivindicar la II República y la exclusión se han pasado a Podemos (directa o indirectamente por pactos) y la exclusión. No paran.
Vemos una procesión con las luces de la calle apagadas. No hay atisbo de devoción, no hay público, veo ventanas encendidas sin gente asomada. Han subido el televisor. Las tallas del paso parecen de goma, como las muñecas hinchables.
-          De dónde habrán sacado este paso  ¿de La Cuesta?- comento.
-          Ni te imaginas como son los de La Cuesta- me ataja XY
XY quiere visitar la Concepción, Juliane está del catolicismo hispano hasta el moño, aunque le gustaría que le gustase, lo que le pasaba a mi padre con un montón de cosas.
-          Te esperamos en el Venezia, a ver si están los marqueses de la cimitarra y la media luna celebrando por  adelantado el Ramadán.
  Pregunto a los del Venezia por los marqueses del color mostaza. No les conocen. “Pues viven aquí... cuando no están de viaje”.
El viernes santo me quedo en casa solo y veo un documental sobre Jesús de Nazaret con muchísimo interés.
Esta mañana se lo comento a XY con entusiasmo, y  le cuento entera la vida de Jesús.
-Pero no le dijiste a Juliane que detestabas la figura de Jesús y que eras partidario de la Iglesia como institución- me apostilla XY.
- Sí, pero eso fue antes de ver el documental, el jueves- corrijo






jueves, abril 02, 2015

Nebulosas, algodón, alcohol

Ayer al mediodía   compré El País en un kiosko al lado del palacio de justicia. Había unos niños molestos  (mi leve fascinación por los niños en general  duró el tiempo en que mi hijo lo fue, tras lo que volvieron a ser lo que eran: molestos), oteando desde arriba creí que El País ya estaba vendido. El kioskero que estaba fuera acudió en mi auxilio  prestidigitando un ejemplar.

-          Va a necesitar uno o dos abogados  por lo de ayer- me anuncia.
-          ¿Cómo?
-          Por el artículo sobre feminismo- que me  ha hecho sentirme celebrity.
Abono el periódico  y me doy la vuelta. Ha chisteado. Levanta el dedo pulgar y profiere “muy bueno”. Ya el mismo gremio me encomia.
Las encomiendas, si así puede decirse para continuar aliterando, que he recibido como columnista son las que más me gustan oír, porque no están de acuerdo con un argumento o idea determinada, sino con el pensamiento personal (como establecería Schopenhauer) y el estilo imbuido. O es lo que  quiero pensar o interpretar, pero creo que va en esa línea. Noto diferencias con mi casi década en DA. Entonces era más de  palmadas en la espalda, porque había maltratado el zapaterismo, ahora es más de seguimiento al autor por sus puntos de vista. Muestras pocas, pero expresas.
Decía a Rosana tras mi experiencia de hace unos días en un Bilbao, muy distinto real y simbólicamente, que me tiraba mi ciudad a pesar de no tener ni un  solo amigo. Yo a  las carencias propendo a sobrevalorarlas. Al parecer no es del todo así. Tengo dos modalidades de examigos: con los que corte más o menos a espada y los que me distancié, seguramente por mis prejuicios que los otros no tuvieron ni vieron. Mis distanciamientos  resultan a la postre  como rupturas virulentas. Bueno soy.
Ahora me entra en tuiter, que no lo utilizó sino para colgar mis artículos, uno de estos últimos, que fue muy amigo mío. Me da la impresión de que te siguen viendo como fuiste, no como eres o has llegado a ser. Ellos básicamente siguen como fueron. Bastan 140 caracteres para comprobarlo, o asomarte a sus biografías. Me temo que no estoy para discutir nada con nadie. Mucho es tener algo que decir.
Si hay alguien extraterritorializado en todos los sentidos, ese soy yo. En Getxo, un territorio ya distinto, estoy con mis referencias, ensueños, antiguos afectos, deseos huidizos,  sobre todo nebulosas y mis relaciones inmediatas.