miércoles, diciembre 26, 2018

El Día: El nuevo periodismo

sábado, diciembre 22, 2018

Balance del año y descriptivas perspectivas prescriptivas

Antes de hacer las maletas hay cosas que acometer. Una, recoger mi ordenador pequeño que se estropeó antes de ir a EE.UU. a primeros de octubre. Como no daba tiempo,  hube de comprar otro, de forma que ahora tengo dos ordenadores pequeños y casi gemelos, el que recogeré hoy puede convertirse en tablet, pero yo no necesito para nada una tablet.
Finalizando el año  puedo confirmar realizados los  propósitos y expectativas  que albergué a su comienzo. Ha sido un año fabuloso, de los mejores de mi vida. Que tampoco terminará mal ya que se cambiará de año en Oporto. Llevábamos muchísimos años en que nuestras Nocheviejas seguían marcando topes culinarios, rebosantes de amigos, amén de cosmopolitas literales. Este año Oporto
Recuento del año, que casi se inició en Londres.  Me invitaron a un coloquio internacional en El Aaiún y me pasé casi tres semanas por Marruecos presentado mi entonces último libro por los  departamentos de español de las universidades de Rabat y Casablanca. Conocí gente e hice amigos y en ello sigo y con más perspectivas. Me aparté del segundo coloquio, era en el desierto hace una semana, donde no había visto yo mucho ambiente cuando estuve, y era otra eclosión de la cultura del té. Que es lo que toma la Reina de Inglaterra todas las tardes  en Buckingham Palace, y que implica valores ortopédicos, monótonos, sosos, aburridos, de desdén a la  vida y el cuerpo,  también a la psicología humana que la amortaja, y que yo  ante tamaño ofrecimiento de insuficiencia de elan vital  bergsoniano como  de espíritu, sin leucocitos,  no pienso cambiar. Además, los coloquios como casi todo lo reglado y formal me aburren. Prefiero hacer  un buen artículo para la revista sahariana en la que colaboro, que ponerme hacer una ponencia, que ni sé ni mi interesan esos modelos de investigación de universidad, tan papagayos.
También ya en el orden de agravios, anotar  tres clamorosos y dos en grado de tentativa. Tres veces he sido buscado y contactado para traducir mis  libros al francés y árabe. El primero se vino a las Palmas, cuando hace dos años presentaba un libro, era un señor de Rabat de un ministerio, incluso firmamos un acuerdo de cesión de derechos de edición al francés y árabe. Nada. En la fiesta del final del coloquio internacional de abril pasado  se dirigió a  mí el Decano de la Facultad de letras de la Universidad de Rabat para traducirme. Nada.  También en Rabat  lo hizo el jefe del departamento de español de esa Facultad que  me llegó a pedir las maquetas para más rapidez traductora, las pedí a la editorial, me las dieron y se las mandé: nada.  Lo curioso que siempre vinieron a mí y nunca yo a ellos. Por eso resulta más inexplicable. Ya sé de lo que/quienes no hay que fiarse en absoluto.
Escribí un libro de viajes que contiene reflexiones ensayísticas y fotos, por el Sáhara y Marruecos. Es mi último libro. Igual pronto aparezco en el mundo editorial como editor, me atrae mucho. Está bastante definido el proyecto.  
También entré en el Instituto de Estudios Canarias. Sé de qué va a ser mi lectura de ingreso, es sobre un intelectual canario del que he escrito un libro, uno de los fundadores de esa Institución, que pretendo contextualizar tanto en su momento como con relación las antologías de los años 80 (tan antifranquistas póstumos) que le dejaron fuera.  En esto de dan grandes paradojas.
He escrito artículos para digitales extranjeros, también he escrito  el epílogo del libro de un poeta saharaui, ya publicado. Este año me he incorporado  a la Enciclopedia de la Sociedad de   Estudios Vascos. Viajamos a la inauguración de la casa de mi hijo en Washington a donde llevamos  4 amigos, al  final, más reincorporaciones, salíamos a 10 humanoides


martes, diciembre 18, 2018

El Día: Cataluña: el significante ausente

lunes, diciembre 17, 2018

Cota 600 metros, gran librería, botín aceptable

Estoy leyendo y releyendo cuatro libros de Karl Kraus, este es de sus aforismos. Es bastante  complicado de leer, hace unas frases con retroceso, como un fusil de asalto que cuando  el cañón escupe la bala y a ti te da la culata en el hombro. No hay una sola frase sin retroceso.
Aquí aparece otra de sus frases. No tener una idea y poder expresarla: eso hace el periodista
El único libro que no he empezado. Conocía a la artista, la obra, y cuando en 1979 estuvimos en Berlín, el años anterior a la caída del Muro, una noche en una perpendicular a Kudamm en una gran villa, que llevaba su nombre, había una fiesta en los jardines.
Creo que con NYC es la ciudad donde he visto mejor arte.
Entramos temerosos a la fiesta, bebimos cerveza y no solo nadie nos paró, sino que los alemanes haciendo  gala  de su educación y cortesía nos saludaban en cuanto te cruzabas con ellos,
Eran del mundo artístico o sea la aristocracia del espíritu y ¡oh! la élite de la sensibilidad. Tipos/as de extraordinaria propensión a la imbecilidad, con narcisismo de mandril. 
Es otro autor muy leído por mí, ahora compró todo lo marroquí que encuentro. De estudiante le detuvieron y tuvo que hacer 19 meses de mili apocalíptica. El caso es que ya llevó leídos a tres autores que pasaron por las cárceles de Marruecos. Estos son los marroquíes que más me gustan, que suelen ser muy cosmopolitas.
Una introducción/panfleto de nostálgicos aderezado de melancolía -siempre el mismo y torpe rollo amañado sobre el totalitarismo del Polisario-, sin ningún nexo con el contenido del libro, que son artículos de canarios sobre Río de Oro
La falta de libros sobre el Sáhara, en lugar de encerrarme en el zulo de los amigos españoles del Polisario, en el que repiten y repiten tres ideas encima falsas o medias verdades, me impulsó a subir y bajar del Sáhara. Descubrí Marruecos, pero también Malí, Níger, Mauritania.
Y otra vez por descartes la historia colonial de España en Marruecos, sobre lo que más hay publicado, y  de lo que también compro lo que encuentro.

viernes, diciembre 14, 2018

Apostilla de mi hijo desde Gambia al post de abajo

A propósito de tu filípica sobre el té 
Ayer me invitó a cenar nuestra directora aquí, que es de Uganda, con un grupo de africanos con trayectorias profesionales notables y de edad provecta provenientes de diversas partes del continente, incluidos algunos locales, y como los anfitriones eran Muslim, ni gota de alcohol y té de postre.
Fue una velada tremendamente aburrida y yo siendo el único joven, blanco y foráneo no mostraron el más mínimo interés en mí. Y todo el rato hablando de África, una suerte de eurocentrismo inverso (o quizá es que los africanos pueden ser tan cortos de miras como los europeos). Lo único relevante es que uno de ellos, gambiano además, y que es nuestro consultor, estudió en la Complu y habla perfecto español. De hecho tiene varios socios chichas que están invirtiendo aquí (aunque esto me lo contó por la mañana dado que me invisibilidad vespertina fue total). No sé muy bien cómo esperan hacer dinero porque es un país en el que viven cuatro gatos y no hay petróleo, pero como siempre es una bocanada de aire fresco saber de canarios emprendedores y aventureros. 

jueves, diciembre 13, 2018

Me he rajado del coloquio internacional

Fui invitado a otro coloquio internacional de escritores y académicos en Smara (Sáhara marroquí) -que conocí en el anterior viaje-, situada  en medio del desierto, ahora con pocas horas de luz y mucho  frío y un lugar indiscutiblemente muy aburrido, mientras que en España todo el mundo está en la calle y de fiesta. Rechacé la invitación –empieza mañana-, no había cerveza ni vino y no pensaba  estar a mi edad tomado té tumbado. No gracias. Tampoco me interesaba verdaderamente –estuve en un coloquio internacional en Abril, estar en dos sin ningún currículo que hacer, es algo perfectamente evitable. Pero sí me dio que pensar. Yo no prescindo de mis pequeños placeres que solo me incumben a mí y no afectan a nadie, aun menos a estas alturas plácidamente invernales de mi vida. Hay un principio de libertad que es que  cada quien haga lo que quiera sin invadir esferas ajenas. He conocidos distintos ambientes y gente muy diversa en mi vida, he estado en bastantes “películas” digámoslo así. Me he movido. Es un gran privilegio que he tenido y que sin ser consciente  plenamente de ello lo busqué. Por lo que  en absoluto acampé o construí mi cabaña en un único círculo, espacio, contexto o territorio (para empezar soy un transterrado), como tantos. No ha sido mi caso en absoluto, yo he cambiado mucho hasta de pasiones, incluso ahora de muy  mayor he tenido la inmensa suerte de pegar un giro a mi vida de 180º literales.
De hecho con 15 años hice los célebres ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, inolvidables, como se sabe de los jesuitas. Conocimiento  empírico. Suficiente. Y no se me antoja que puede ser el té mejor que tomar cervezas  con amigos;   tomar té en todo el mundo es tomar té, algo rígido, insulso a más no poder, de una solemnidad barata e impostada, sin la más mínima repercusión psíquica o sensorial: Prefiero  ir de corro en corro en bares bonitos, reírme, dar curso al ingenio y la alegría con gente cachonda e interesante.
No tengo la menor intención de convertir a nadie  a la cerveza, si no lo descubren por sí mismos no se merecen ninguna "revelación". Me parece muy bien el Té, quizá bastante aburrido, ascético, deslavazado, blando y que tal vez esconda cierto odio al cuerpo y  la vida y rechazo a este mundo terrenal. Sin entrar en las imprescindibles experiencias transgresoras de rebasamiento de límites que puede procurar el alcohol. Una experiencia y conocimiento juvenil al menos, inexcusable. He tratado de ser todo lo hedonista que he podido ser o me han dejado.
Y desde luego si se habla de alianza de civilizaciones, un concepto insulso patrocinado además por Zapatero y Erdogan ¡vaya dos!, lo mínimo exigible es que si uno sale al encuentro del Otro  no  puede poner su caparazón al de enfrente para cubrirlo con él. Yo te dejo vivir como te dé la gana, no te impongo nada, y me da absolutamente igual lo que hagas, yo bendigo pocas cosas, no me obligues ni me vetes nada ¡anda! 
Jamás he visto una escena divertida, simpática con el té por medio, pero sí muchas con el whisky, dudo además que se puedan dar.   Se podría hablar tanto de tantos puntos de vista… Mi último libro confiere importancia al tema del alcohol en los países islámicos. Es algo sobre lo que me gustaría conocer, y más en Marruecos donde es tolerado.
Próximamente noticias



martes, diciembre 11, 2018

El Día: Los agudos aullidos mediáticos

domingo, diciembre 09, 2018

De nuevo a la piscina, esta es. Como una ola.

Esta mi actual piscina. Retomo mi actividad natatoria tras más de 8 años de paréntesis. Mi piscina está cubierta y cerca de casa. Con panadería próxima y bajando para casa puedo parar en  el Spar, donde compró vino australiano buenísimo y cervezas  de trigo por puro esnobismo. Me he dado cuenta de que no sé si me gustan. Lo que quiere decir que mucho no.
Me acabo de acordar de mi libro Línea líquida donde relataba  mis peripecias en la anterior piscina en la que  en realidad no pasaba nada, nadie que viniera conmigo hubiera apreciado ninguna o no  las hubiera dado importancia.
Leí hace años una glosa sobre un libro en que se calificaba de humor que alguien se resbalara con la cáscara de un plátano o fuese tan tranquilo y un loro volara hacía él y le birlara el puro que estaba fumando para ponerse a fumar el alado. Alado como Hermes. Nadie se ríe de eso, por lo menos si lo lee escrito.
Mi libro Línea Líquida en cuya portada sale una piscina y sale mucho, lo volví a hojear hace unos años, con pánico como ocurre siempre. Y como siempre el desafío  fue mejor de lo esperado. Vi unos fallos de gilipollas, de hacer concesiones inmediatas, que muy bien me las podría haber ahorrado.
De este libro me han dicho dos personas -con mucho sentido del humor- que se partieron de risa, ataques de risa. Ese si es un libro de humor 
Karl Kraus: "Sobre Hitler no se me ocurre nada"
Heidegger a Jaspers: "Hitler no tendrá cultura, pero te has fijado en sus manos." Como los medios hispanos con Abascal



viernes, diciembre 07, 2018

La revista sahariana Sabbúra. Mi colaboración

                                Revista Sabbúra. Nº 1. Diciembre de 2018



Mi artículo es el primero Cinco libros sobre el Sáhara. Iniciamos una serie de actividades y proyectos, incluidos los editoriales. Todo a su tiempo
 no me permite este espacio meter todo el texto y no se por qué

martes, diciembre 04, 2018

El Día: Begoña Gómez, la consorte activa