martes, octubre 30, 2018

El Día: El obrero de derechas

domingo, octubre 28, 2018

Unos libros en almoneda, según un tema que nos ocupa

Resulta que de Jorge Edwards aparte de leerle en prensa, verle por televisión, saber de él, le he leído en libro, pero ahora mismo no recuerdo qué. Y no pienso revisar mis estanterías No es desdoro del autor: he comprado el libro a sabiendas  y lo voy  leyendo muy a gusto, porque su escritura y persona me atraen. Diremos que  no me queda un título sino una escritura. Un valor superior, por cuanto es una fiablidad, credencial, una solvencia, no un golpe de suerte o un acierto
Vuelvo a Francisco Aguilar y Paz, mi intención es editar toda su obra, que no es en absoluta larga , pero si difícil y más para quien no maneja los métodos y espíritu  de investigación. Arencibia da una referencia interesante de él. Apolítica. Yo soy político desde que nací.

Este es un libro gigante sobre mi padre, que también fue pintor, sin excesiva dedicación, hay que decirlo. Hice el epílogo y el autor dispuso que era "modo" epílogo, y me entresaca, debidamente entrecomillado, lo escrito sobre él. Veía el libro en el registro de los libros de universidades españolas, y no era consciente de que figurase como coautor. Pues de hecho figuro. Me llamo como mi padre, pero él no es coautor del libro.  O sea que tengo otro libro de coautor para el registro de las bibliotecas de las universidades españolas. No sé como ha salido el tema  hoy, y le digo a XY que lo que escribí era una basura, algo de lo que avergonzarse, de lo más indigno escrito por mi. Uno tiene su propio patrimonio tangible de deshonor, como debe ser. 
Seguimos hablando XY y yo, y en un acto de decisión extrema cojo el libro, me buscó al final y leo algunas transcripciones mías. No doy crédito y le pido a XY que lea. Es realmente digno, habida a cuenta lo ilegible/ininteligible que suelen ser las críticas de arte; realmente es lo más crítico, en términos artísticos o estéticos, del libro 
Este es un izquierdista advenido a su propio marasmo. Ensalza a Marx y el comunismo (ideas claro, el libro va de ideas morales) pero es nostálgico y padece  melancolía de la socialdemocracia.  Le conocía entre otras cosas por su condenas a los intelectuales que habiendo sido de izquierdas (me entero que colaboró con Zapatero -gran post-socialdemócrata- en la memoria histórica) se habían hecho liberales y centristas. Racionales, habían evolucionado. No conozco a nadie que se haya hecho derechista, aunque en España el liberalismo lo sea para comisarios de este tipo.
El autor atribuye la presunción de la superioridad moral de la izquierda, no a las personas -por lo que no entra en el debate ni refuta nada, sino a las ideas, "y clase a las 11"- básicamente empatía, ideales de justicia social, e igualdad y solidaridad. Pero no cae en el sentimentalismo socialdemócrata, se le escapa. Un profesor erudito como ha de ser, incompetente en materia de subjetividad, psique, estados emocionales, respuestas sentimentales.  Quita a los sujetos todos y pone a flotar las ideas allá en el firmamento, allá donde vivía... y había una rancherita... Un cura de los años 60 que se inventa un debate en la esfera del platonismo primigenio 
Este libro lo quería leer, yo soy de simpatías marroquíes y bereberes, me interesa mucho el tema
Gran libro por el escritor, no por el Rastro. Su joya "las armas y las letras" me lo robó mi hermano 

viernes, octubre 26, 2018

Merodeo por el Montestory (y fotos washingtonianas)

Nuestras pre-cenas washingtonianas
Lo que se lee en Estados Unidos
Al completo, mi hija manda
Ayer bajé a la ciudad, ir los lunes a Los Reunidos para mí no es bajar a la ciudad aunque la camine antes de llegar, sino ir a ese bar y andar bastante, que nunca lo hago.
En el tramo final de la calle del Castillo me tropecé con Frenando, padre de hijos Montestory como su seguro servidor. Es muy ingenioso, divertido, culto, era profesor y muy particular. Tiene las características de la gente que admiro y distingo. Cuando nuestros hijos eran niños, yo acuciado por mi  sentimiento parental era capaz de ir incluso a las reuniones del padres del Montestory, de las que omitiré anécdotas, recolectas y mentalidad. Me sentaba con Fernando mientras las paternidades y maternidades se esmeraban para que la educación de sus hijos fuera debatida in extenso y mejorada, si ello fuera posible. Como no sentía ninguna admiración por ellos/as ni por  la gobernanza del College me ponía hablar con Fernando  y no paraba de reírme con las cosas que me decía. Él se enardecía más comprobando su éxito y yo más reía. Mostrábamos sin pretenderlo expresamente el nulo interés por las temáticas Montestory. Ayer me dijo que me  seguía, leía mis artículos -como una dependienta de la gasolinera-, elogioso, que había que dar caña y que además era un erudito, me lo dice un profesor intelectual, aunque se corrige ya que erudito es diminutivo y yo pasaría a ser un “erudo”. Por qué no habrá más Fernandos en el mundo y siempre que sales te encuentres con uno de ellos. Luego notarié. Y subí por el Montestory College.  Comprobé que practican –mucha ideología barata- el capitalismo/canibalismo inmobiliario, se ha  extendido el College al edificio transcontiguo, y que ha quedado en el medio un edificio como de estraperlo. Durante años dejaba allí sin remordimientos a mi hijo.
También comprobé que ha salido de la clandestinidad porque han puesto el nombre en la pared –y no en cirílico como correspondería por ideología sino en grafía esclavista latina. Y a modo de epitafio en lápida una frase que no es de Heine ni de Goethe, sino del MAE nostrum
Logré que algunos homínidos se convirtieran en humanos, o algo de ese tenor pitecántropo pone. Como si fuera un partigianio. Con dos cojones.
Le comentó  a mi hermano que me refutó: tú y mi padre detestabais al MAE. Fuera del baluarte de lo que pretendió ser vanguardia educacional hace solo  ya un siglo, ningún morado podemita-feminista, bandera republicana, boicot a las armas, ni detalle gay y ni una triste pintada contra la Manada. Muerte al saudí. Nada de nada


martes, octubre 23, 2018

El Día: Los afroamericanos

sábado, octubre 20, 2018

La policía no nos dispara. Despedida triste de EE.UU.

Teníamos que devolver el Chrysler de 10 plazas que habíamos alquilado en Washington, que nos sirvió a toda la comitiva para desplazarnos por la Ciudad. Junto al coche de mis hijos cuando éramos muchos.  Y lo teníamos que hacer en el aeropuerto de Newark, el tercero de NYC, pero que está en Nueva Jersey, antes de coger el avión de vuelta a Madrid. El viaje por el aeropuerto de Newark te permite ver la silueta  de Manhattan, todo su perfil, la nítida sky line.
Antes de llegar a Filadelfia paramos a tomar algo, no había cerveza y era hora de ellas, por lo que no tomé nada. Un judío grueso, mayor, sonrosado rojizo con la kipá y tirabuzones al salir Xy y Rosita se dirigió a ellas para preguntarlas si estaban sin hombres, cuando llegué yo  se marchó. Debía ser argentino. Impedí sótano y descuartizamiento, muy seguramente.
Debíamos dejar el coche con no sé cuántos  galones de combustible. Nos perdemos distintas veces por las obras y el GPS  se volvía loco, así que llegamos a lugares en obras, caminos cortados, señales contradictorias,  sin nadie. Pero hay un coche de policía parado,  nosotros nos paramos oblicuos a él, sin muchas opciones a donde ir.  
Fer es quien conduce, le digo, le decimos: no te pares, que sigas, vas  a conseguir que se mosqueen. Pero Fer no arranca. Al final avanza, y es cuando oímos el altavoz policial que nos dice algo que no alcanzamos a descifrar.





-Ni os mováis, fer ni se te ocurra abrir la puerta. Unos amigos de mis hijos nos dijeron antes del viaje del año pasado, que si nos paraba la policía jamás había que salir del coche, y mucho menos echarte a correr, sino esperar.
Pero ocurrió que ni nosotros salíamos ni la policía tampoco. Al tiempo el coche policial se nos acercó y se puso a nuestro lado. Era un policía negro orondo y hamburger que solo deseaba hacer feliz a la comunidad. Le dijimos que buscábamos a la rent a car para devolver el Chrysler-
Uno de los planes cuando viajamos de XY es ver los barrios pobres y marginales. En Washington como no vayas a Anacostia es realmente complicado, no así en Newark, Nueva Jersey. Descubrimos una gasolinera too danger, que daba miedo salir del coche no tanto como en el motel de Los Ángeles del año pasado, pero de fauna quizá de menos cárcel y camellaje, pero más lumpen proletariat, los coches eran tipo al mío, cosa que en USA  no abundan.
               Annapolis, cerca de mi esperada Baltimore






Antes de entrar al gran templo:la biblioteca del Congreso
Eatamos en el Wharf, ahora nuevo y de moda
Serena y yo de nuevo en la terraza del Watergate mientras los demás aparcan
Esta es la basílica de la Inmaculada Concepción. De franciscanos de sótanas blancas y mucho latino. Fastuosa: una mezcla de la Giralda, Bizancio, Hollywood y los hoteles de NYC años 40. Ganas de claqué y rosario.
aquí brancheando

en el parque botánico. Yo también entré
AL  y Rosa
una iglesia convertida en un bar supercool
amigo de Espy, judío de Seattle y miembro de la comitiva
por el Eastern Market


de compras en la calle M de Georgetown
En uno de los hoteles de donde trabaja mi hija y nos bientratan. georgetown forever

otra de ostras a las afueras de Annapolis
En el querido museo  Philips Collection. El perro entró en la sala de los Rothko como si nada

Entrada a la Phillios Collection

sábado, octubre 13, 2018

En WASHINGTON apandillados

con los refuerzos de Al y Serena, que llegaron días después. vinieron vía Casablanca y pasaron en un pispas la aduana. Nosotros también, nos libramos de una cola  espectacular, porque tenemos el ESTA del año pasado
En la Avenida Pensilvania. Al fondo el Capitolio. Esta avenida conecta la Casa Blanca (si fuera árabe sería la Cashba Blanca) con el Capitolio. El último domingo de enero de cada  cuatro años el nuevo presidente de EE.UU. recorre ese trayecto a pié -Trump quiso hacerlo en burro pero los asesores del doctor Sánchez  le recomendaron el coche blindado- para jurar la Constitución en las escalinatas del Congreso. Ayer fuimos a comer solo marisco en una marina, con muchos barcos frente a una enorme masa forestal y un día espléndido todo ello en pleno centro de Washington
En el Mall. He reflexionado sobre EE.UU:. y también he discutido, como soy dado. No es el momento de escribirlas. Los pocos que me han pedido cosas del viaje han sido fotos, Así me libro de todos los regalos que pensaba llevarles
tras la comida circunvalamos el Pentágono, queriendo entrar en el  cementerio de Arlington, según unos cuatro veces, en la opinión de otros 5 veces. unos dijeron que nos faltó un lado por ver, a lo que otros respondieron  que eso sería una aporía
en la NATIONAL GALLERY, así con mayúsculas


con Serena a la derecha
supongo que la mejor terraza de Washington. la del WATERGATE, encima  del Potomac