viernes, octubre 16, 2009

Defensa de los judíos en el franquismo

Con la inhumana banalidad que le caracteriza, Rodríguez Zapatero ha manifestado en su reciente visita a Israel que en España no existe el antisemitismo y que eso también fue obra de Franco, que incluso él cuando niño oía aquello de la "conspiración judeo masónica". Zapatero siempre tan insolentemente profundo en sus tesis.
Sin embargo la Antidefamation league entregó a Moratinos esta semana en Nueva York un informe en el que se considera a España como una de las naciones con mayor auge del antisemitismo en Europa. Solo en este país se sacan en los principales diarios, El País y El Mundo, viñetas sobre los judíos exactamente iguales a a las que se podían ver en la prensa alemana en la década de los 30. En ningún otro país de Europa se ha tildado a los judíos de genocidas banalizando la Shoah haste el escarnio ¡SEIS MILLONES!como en España.
A continuación unos datos históricos sobre el franquismo, que tan bien conocen quienes con tanta pasividad y aquiescencia lo dejaron estar, a los que puede representar a la perfección personalidades como la de Zapatero.

Eduardo Propper de Callejón. Casado con una austriaca de origen judío. Primer secretario de la embajada de España en Paris (1939). Gracias a su gestión consiguió organizar una red de edificios francos bajo bandera española que salvarían a gran número de judíos. Siendo cónsul de Burdeos dio un sinnúmero de visados y salvoconductos para cruzar la frontera a España y evitar así ser apresados por los nazis. El faccioso y vil Ramón Serrano Suñer —antisemita y pro-árabe convencido— lo quitó del cargo. Propper murió en 1972 sin recuperar su puesto y sin ser recordado.
Bernardo Rolland de Miota. Cónsul general en Paris (1939) enfrentado al embajador español pro-nazi y anti-judío José Felix de Lequerica. Gracias a sus gestiones salvó a 14 judíos sefardíes y consiguió evacuar a decenas de ellos al Marruecos español.
Sebastián de Romero Radigales. Cónsul general de España en Atenas (1943). Se enfrentó al Cónsul alemán que pedía su defenestración. Gracias a sus gestiones, nacionalizó a judíos sefardíes aplicando la legislación española de 1924 y salvó unas 500 personas.
José de Rojas y Moreno. Diplomático español llegado a Bucarest en 1941. Famoso por su iniciativa de colocar en casa de las familias judías sefardíes un letrero que avisaba a los nazis de que «aquí vive un español». Evacuó algunos judíos a España y consiguió salvar su patrimonio.
Julio Palencia. Destinado en Bulgaria en 1940. Se enfrentó a la deportación de judíos sefardíes para su exterminio y se enfrentó a las autoridades filonazis de Bulgaria. Llegó a adoptar a niños judíos sefardíes para evitar su deportación. Tuvo el honor de ser declarado «persona non grata» por las autoridades nazis de Bulgaria teniendo que regresar a Madrid.
Miguel Ángel Muguiro. Responsable de negocios de la embajada de España en Budapest (1944). Denunció las leyes racistas de los nazis y llegó a denunciar el proyecto de aniquilar a los judíos de Hungría. El Gobierno húngaro lo acusó de perturbar las relaciones con Madrid y Madrid lo cesó.
Angel Sanz Briz y Jorge Perlasca. Diplomáticos en Hungría —Ángel Sanz Briz sustituyó a Muguiro tras su cese— consiguiendo salvar a miles de judíos del exterminio. Aunque oficialmente sólo podía conceder la nacionalidad española a 200 judíos, Ángel Sanz Briz y Jorge Perlasca manipularon la numeración de los pasaportes y saltándose sabiamente las leyes consiguieron salvar a 5.200 judíos.
Los datos de esas personas los hemos sacado del Blog de Santiago González.
Se sabe que miles de judíos consiguieron llegar a Portugal camino de América a través de España. Una de esas personas fue Hannah Arendt. Otros se dirigieron a África.
Dos días después de la muerte de Franco ante el arca de la sinagoga de Nueva York el rabino rezó una oración por Franco. ¿El motivo? Los entre 30.000 y 60.000 judíos a los que el régimen franquista salvó la vida. Barajan esas cifras el historiador judío Isaac Molho, el rabino de Brooklyn Chaim Lipschistz y otros especialistas... ¡JUDÍOS!
¡Zapatero, qué grande sos! Todo palabrería huera, retórica vacua, ignorancia, insolvencia, gratuidad, buenismo, falta de compromiso...