martes, agosto 28, 2012

Al comienzo del curso

Me he reincorporado al trabajo de la forma más morosa posible, tanto que tengo la  idea de no haberlo hecho del todo todavía. Quizá el hecho más concluyente y simbólico sea que ayer fui a Los Reunidos con pantalón largo y cartera de papeles.
Durante las vacaciones, tras mi  rotación por Estados Unidos, me dediqué en general a no hacer nada (amén del Parra, Los Reunidos y todo el circo del pantalón corto, las barbas, la indolencia, la nocturnidad,  la prosapia con camareros/as…), salvo   asegurarme que habría un segundo libro del Sáhara. Tras recorrer la red de bibliotecas avancé mucho. Pensé que sería difícil, había trabajado bastante, pero necesitaba completar la estructura del libro, conseguir más ideas fuerza y avanzar en su redacción. Objetivo cumplido, tenía que aprovechar las vacaciones. Como  estoy absolutamente satisfecho del primero, y al parecer  no soy el único, el segundo no podía ser menos y tampoco podía repetirme. Hay  verdadero subidón cuando descubres hechos omitidos, no valorados,  manipulados o sacados de contexto y con ello vectores de sentido ignorado, significados no advertidos, conclusiones burladas. Qué placer.
Hacía años que no cogía vacaciones de un mes, y son demasiadas. Es tiempo caído,  sin adrenalina  ni tensión, demasiado cómodo y borroso, pura trashumancia psicológica. Un tiempo así de adverso lo he sabido aprovechar por  su oportunidad en tiempo para el proyecto. Sin que supiera  todavía que la Agencia Marroquí de Información y Comunicación, con una labor de redacción propia ponderaba mi libro ya  en la misma portada. Una repercusión más.

Comienzo del curso
Este viernes tenemos  reunión de la asociación de solidaridad con Israel y el miércoles cena, aprovechando  presencia de hijos (propios y ajenos)  llegados del extranjero: están  E y E.
El próximo día 8 desde  las 10 de la mañana gran despedida de la vida laboral de un  jubilado amigo  de Cepsa (sospecho que asistirá una generación de trabajadores comprometidos), en realidad son dos. Será algo equivalente a tres o cuatro Cayetanadas en una. Como se va a hacer una web  con textos y fotos del homenajeado, y me pidieron un  texto he  hecho un texto socioeconómico muy crítico… Creo que original (eso si que es fácil) y un poco provocador, hay que suscitar debate, y no confundir a la gente que pueda decir  “¿pero qué hace éste aquí ?”
A la semana siguiente, estamos en el 13 de septiembre  en un ciclo que hemos organizado, de conferencias sobre Israel, nuestro amigo Jesús Manuel Pérez dará una sobre el conflicto Israel-Irán, de viva actualidad. Ya lo recomendamos
El próximo día 15 toca círculo de lecturas liberales. Es un ejercicio de escucha, normalmente no hay casi  nada que escuchar, yo soy feliz cuando me descubro  en una actitud corporal de escucha: en  arco. Es un gran placer escuchar. Aunque también largo, ¡como  que fui celebrado el otro día por uno de ellos, con mi hermano!
Puede haber un bombazo: ¡charla  (Sáhara) en el extranjero!

 

jueves, agosto 23, 2012

Mi libro en la Agencia Marroquí


Política
Fuerte abrazo de una simpatizante española al jefe del POLISARIO

El Sáhara Occidental en la imaginación española o “El Sáhara como metarrelato”
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Texto publicado por la AGENCIA  MARROQUÍ DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN en la portada por cierto, basta darle

En su obra titulada “El Sáhara como metarrelato”, José María Lizundia, cofrece una visión crítica de la sociadad española, en su representación del conflicto del Sáhara Occidental y considera que periodistas, exmilitares, historiadores, novelistas y comentaristas de toda condición cuentan la misma historia de un presunto incumplimiento de obligaciones internacionales por parte de España. El Frente POLISARIO es idealizado y presentado exclusivamente como una víctima de la traición española, sin ser casi objeto de revisión o crítica.


Es un ensayo sobre la historiografía del Sáhara y sobre la construcción de los mitos nacionales saharauis. La obra fue publicada por la editorial Alhulia y prologada por Eguiar Lizundia.


En “El Sáhara como metarrelato”, el autor hace un recorrido por las fuentes primarias que "han construido el relato del Sáhara, que no son los saharauis, sino la bibliografía escrita sobre ellos".


La obra, cuya dedicatoria reza "a los saharauis, para que encuentren su camino", aparece estructurada en seis capítulos y un prólogo. Un frágil antecedente, Algunas premisas previas para un marco de análisis, Una actitud compartida entre gobierno y sociedad española, Crisis de organización social en un territorio inmenso, Puzzle de tribus y de naciones que nacen, El pueblo saharaui y el nacionalismo proyectado o El Sáhara revolucionario y las tribus son algunos de los epígrafes y temas que se abordan en este trabajo.


Lizundia se pregunta ¿cómo explicarse el escaso interés académico que ha suscitado el tema tanto en España como en el resto del mundo?


La respuseta es, que pocas causas generan en España tanta adhesión, y unanimidad como el conflicto saharaui. En el caso del Sáhara, no hay duda de quiénes son los buenos y malos, quiénes los culpabables y cuál la solución. Existe poca o nula discrepancia en el diagnóstico y la prescripción de recetas, y la habitual confrontación patria que caracteriza cualquier análisis de la realidad es disipada por una comunión de juicios inédita en nuestro país.


El presente ensayo de José María Lizundia, constituye una impugnación de este discurso multiabarcador y universalizante. “El Sáhara como metarrelato” recupera para el análisis del conflicto saharaui las categorías históricas y políticas, los marcos ideológicos y conceptuales que el caso merece. La idea de nacionalismo, la descolonización del Norte de África, las especificidades objetivas del “pueblo saharaui”, el derecho de autodeterminación y las dinámicas particulares del tardofranquismo español son solo algunas de las variables con las que juega el autor, quien hace interactuar estos factores libremente, sin prejuicios, con miras a ofrecer una visión esta vez sí crítica, no preconcebida, de la cuestión saharaui.


La consecuencia de ese ejercicio intelectual es la refutación de la panoplia de lugares comunes que rodean el discurso oficial sobre el Sáhara. Desde el alcance de la responsabilidad de España en el actual estatus de la excolonia, hasta la supuesta larga historia independentista de los saharauis, pasando por la llamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Lizundia cuestiona la “Arcadia feliz” descrita por los estudiosos de ese territorio africano, que no sería en realidad sino la enésima epopeya travestida y manipulada para satisfacer los anhelos de los héroes de causas ajenas.


Sin la beligerancia a la que nos tiene acostumbrados, Lizundia sacrifica la ortodoxia académica y el puntillismo documental en aras de la argumentación y la enhebración de ideas, que esta vez más que nunca son presentadas de manera sucinta, pero con una claridad deslumbrante que deja al lector con la sensación de que el estudio del Sáhara había sido hasta ahora patrimonio exclusivo de una colección de propagandistas o ignorantes, pues no es posible que lo que es cristalino haya sido empañado con el humo de las hogueras de los campamentos de Tinduf durante tanto tiempo, por tantos. Quizá tenga que ver el hecho de que hasta la fecha el conflicto saharaui apenas haya sido objeto de estudio por profesores de universidad españoles y extranjeros, los que se les presume cierto espíritu crítico.


La clave, una vez más está en el metarrelato. Un metarrelato que “cuenta la historia de los saharauis como alguna vez quedó explicada para siempre”. Un metarrelato que una vez más presenta una narración maniquea, simplista, archiconocida y, si se me permite, hasta aburrida, que sitúa a los saharauis como un sujeto pasivo y dependiente de sus patrocinadores españoles e internacionales, que rezuma, bajo la excusa del arrepentimiento y propósito de enmienda, un tufillo plañidero e hipócrita y que no persigue entender las razones del conflicto, sino atribuir culpas y méritos. “El Sáhara como metarrelato” es una rebelión contra todo esto.


FIDPRESS 20/08/2012
http://www.fidpress.com/article.php?id_art=644 -- ---AQUÍ

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Política
Fuerte abrazo de una simpatizante española al jefe del POLISARIO

Política
Mohamed VI y Hafid Benhachem responsable de la administración penitenciaria


 
 
 

OPINIÓN
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DEPORTES
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lunes, agosto 20, 2012

La cena en la terraza

No era un ático de arquitectos del Paseo de Gracia de Barcelona, pero este es el mejor ejemplo que puedo poner. Ocurrió el sábado en una terraza del centro de la ciudad, que  permitía ver pasadas las  21 horas  a contraluz el último  resplandor del ocaso, tras el circo de montañas que medio rodea la ciudad por la zona terrestre. La cena estuvo en consonancia con la terraza y el ático. Una terraza romana, lisboeta o de arquitectos de Barcelona.
Tres días antes  mi hermano, todavía en Gijón, me dice por teléfono “¿hay planning el sábado o el  domingo?”
-Nosotros  sí, tú no.
- ¿Con quien?
-  Con S. la amiga de Rosa.
- ¿Y a mí no me ha invitado?
-Pues no.
- Me quedaré solo como un PERRRRRRO.
Al día siguiente un mensaje de S, que si quiero puede venir mi hermano. Le llamo a  Asturias, que puedes venir, no ha sido gestión mía, sino de motu propio.
De entrada, en la mesa de revista de decoración, hay  distintos quesos y jamón.  Mi hermano procede como si fuera su casa. Para disimular su voracidad de queso (un área gustativa especializada de su paladar infantil) pasa la bandeja con movimientos circenses de prestidigitador. Éste en una vuelta la va hacer desaparecer, evalúo. Y comienza a inocularse vino.
-          Sírvete cuando termines la copa, no es necesario que mantengas el nivel alto en la copa, como una suerte de reserva por si sobrevienen tiempos aciagos, porque en la botella hay más- le digo. Del salmón marinado  y las huevas evidentemente pasa, tras decir que el esperará   a la  carne que viene después. Me dice Rosita, “tú hermano esta bebiendo mucho vino”.
-          En cuanto beba 60 centilitros parará, ya verás.
-          ¿Es capaz de parar?, porque tú y yo somos incapaces un vez lanzados.
-          En cuanto se beba los 60 cl. pedirá coca cola o refrescos, tiene un paladar infantil, caprichoso como su proceder litúrgico.
Ocurre tal como ordena la liturgia de todos los pequeños actos: ¿no tendrás una coca cola? Se toma tres unidades como si tal cosa y se queda dormido.
-          ¡IN-VI-TA-DO, no  te puedes dormir!- le despierto.
Lo atribuye a que llegó el día anterior a las 3 de la madrugada al aeropuerto del sur, se imputa unas tres horas de demora de más y consiguiente cansancio.
Yo amenazo durante toda la noche con irme a casa a afeitarme la barba, ya que  todos me encuentran más viejo, lo que hace que mi coquetería se resienta. 

viernes, agosto 17, 2012

La cumbre siempre rehusada

Como se nos agotan las vacaciones –es como si estuviera desde el año pasado- hemos ido al Teide donde desde hace 20 años no habíamos vuelto. Está igual de aburrido que cuando lo dejamos, por lo que no creo que  nos hayamos  perdido nada en estas dos décadas.
A la ida hemos parado en una biblioteca municipal del norte para buscar un libro del Sáhara. La puesta allí, no se enteraba de nada, del nombre, imposible, se lo repetido 30 veces. Materia: Sáhara.  Al poco, el tema qué es ¿canario?
-          No, Sáhara.
-          Es qué está  el ordenador…
-          Mire no se preocupe que yo lo busco, tengo experiencia (2  días ) en la biblioteca virtual del Gobierno de Canarias- me he sentido otro con solo oírme. Ese tipo de actividades son las que yo siempre derivo, acusando más incompetencia, o desisto antes de empezar.
Me he remangado simbólicamente y ¡zas! lo encuentro. Nunca en mi vida me ha pasado nada igual. Llega  a mi  vera la puesta allí, y me dice: "el tema qué es ¿canario?"
-          Casi: del Sáhara
Le acompaño y va y lo encuentra. Casualidad, es  el único que tengo del autor -lo he reconocido de inmediato por la portada-, importante en el tema Sáhara.  ¡Dios! lo podía haber comprobado antes, había una posibilidad de cuatro de tenerlo. Da igual, salgo animado: "sabes,  decía que andaba mal el ordenador y yo he encontrado el libro".
-          ¿Y donde lo tienes?
-          En casa
-          ¿Entonces para que hemos venido?
-           Eso te iba a preguntar.
De la Orotawa subimos al Teide, la subida muy entretenida pero llegamos a las Cañadas y el aburrimiento se apodera de mí como una nube tóxica de abatimiento y resaca. Como no conducía, a punto he estado de ponerme a leer el periódico, o dormir, pero no llevaba barbitúricos.
Hemos cruzado la zona de Colorado y luego parte de Arizona, inmensos espacios surtidos  de   reptiles, chacales y aves carroñeras. La  cumbre dónde nunca he subido ni pienso hacerlo, petrificada y reseca. Daban ganas de bostezar con solo mirarla.
-          Mejor  vamos directamente a Las Américas- le digo  a la conductora, que viaja embebida por el paisaje, que es mi lugar sagrado de la isla. Si me muevo es para ir a Las Américas, si no, no salgo. Y no porque sea un lugar reprobado por los amigos de lo pintoresco, tardo-románticos, nativistas, folcloristas, godopeninsulares, paisajistas, acuarelistas, amazigh ilusionistas, ebrios de pureza y genuinidad, amén de  consortes y falsas familias agnaticias, sino porque Las Américas es con diferencia lo mejor, la energía, los nuevos horizontes, la confluencia, y la experiencia de intimidad más honda.
A la tarde al Médano. Porque solo llevaba un chupóptero en el cuerpo, de haberme metido el gin tonic que pensaba, hubiera subido a la Montaña Roja. La subía hace muchos años porque su sola presencia me desafiaba.

miércoles, agosto 15, 2012

Ante la Casa Blanca

Un día de finales de julio a media tarde observamos  una concentración de un grupo numeroso de personas ante la Casa Blanca, por lo que decidimos acercarnos. Sí, pasaba algo. La policía como  acostumbra, con unas cintas, como las de las entradas a facturación  en los aeropuertos, había delimitado un espacio no excesivamente grande, en el que se veían vehículos policiales y un par de furgones pequeños. Un periodista situado ante las verjas, dentro del recinto acotado, informaba ante la televisión. No había muchos policías pero sí con uniformes diferentes.
La policía cuando acota un espacio ante la Casa Blanca con la misma celeridad que lo hace lo deshace. Muy profesionales.
Comprobamos que era una concentración de VIH, en nuestro hotel de Dupont Circle había alguno. Quedan los restos de la concentración, que parece que ha sido numerosa. Un policía se afana por retirar de las verjas carteles, flores, cintas y demás exvotos.
En un furgón que parece de surferos antiguos por el tamaño, le meten a un gay mayor esposado que con traje corea consignas con los que estan fuera del recinto. Lo hacen  con total pasimonia. Creo que un doctor les ausculta antes de entrar. La concentración ha sido  por el SIDA.  El resto de los policías hablan entre ellos como si fuera la hora del café.
Una señora entrada en años  de cabellera  cenicienta lleva un pin que reza así: "el capitalismo es un crimen". Que se lo diga a miríadas  de chinos , europeos,  emergentes o los millones de  potenciales emigrantes del mundo, lo criminal que les parece el capitalismo. Están deseando coger las pateras  para desembarcar en Cuba o en Corea del norte.
En una de estas, el policía que esta recogiendo pancartas, carteles, flores, cintas y demás exvotos y que los había metido en una bolsa grande se acerca a los concentrados que aún permanecen y  les entrega sus útiles, y estos nada ariscos los aceptan.
Esa imagen la comentamos, ya que apela a un mundo de derechos civiles, libertades públicas y  unas pautas de comportamiento extraordinariamente cívicas y naturales, sedimentadas por una determinada cultura  democrática  jamás interrumpida. ¿Habrá  diferentes culturas políticas? Nos preguntamos. Los que más experiencia y conocimiento tienen de ellas serán seguramente los que  más tengan que decir, tal vez  dirán un nombre, un pecado, a lo más. Con esos no es aconsejable otro lenguaje que el del mus, aunque sobrarían señales.

viernes, agosto 10, 2012

Miami: ALBUM DE FOTOS definitivo

En el hall del hotel Waldorf

                                       en la misma estancia en fase seguramente daikiris

en la noche de Miami Beach
En Wynwood




la alucinación arquitectónica

No se  entiende si no

La española
el hotel Delano, donde hospedó Nuestro Amado Líder
La fiesta de las artes decorativas y la calle
El barrio más delicioso del mundo

La efervescencia de todas las Américas


Wynwood
El país de la creatividad cultural
El Museo de Arte  Contemporáneo de Miami
En restaurante haitiano

La Escuela Nuevo Mundo de las Artes de Miami
DeMeuron y Herzog
oteando el lugar por donde llegó el Gusano Garmendia

                                      Ocean Drive, nuestra calle. El fragor y la pirotecnia





vectores de la contemporaneidad
                                             Comida haitiana, demoliendo prejuicios
Gracias.... América, por supuesto. God bless America