La policía cuando acota un espacio ante la Casa Blanca con la misma celeridad que lo hace lo deshace. Muy profesionales.
Comprobamos que era una concentración de VIH, en nuestro hotel de Dupont Circle había alguno. Quedan los restos de la concentración, que parece que ha sido numerosa. Un policía se afana por retirar de las verjas carteles, flores, cintas y demás exvotos.
En un furgón que parece de surferos antiguos por el tamaño, le meten a un gay mayor esposado que con traje corea consignas con los que estan fuera del recinto. Lo hacen con total pasimonia. Creo que un doctor les ausculta antes de entrar. La concentración ha sido por el SIDA. El resto de los policías hablan entre ellos como si fuera la hora del café.
Una señora entrada en años de cabellera cenicienta lleva un pin que reza así: "el capitalismo es un crimen". Que se lo diga a miríadas de chinos , europeos, emergentes o los millones de potenciales emigrantes del mundo, lo criminal que les parece el capitalismo. Están deseando coger las pateras para desembarcar en Cuba o en Corea del norte.
En una de estas, el policía que esta recogiendo pancartas, carteles, flores, cintas y demás exvotos y que los había metido en una bolsa grande se acerca a los concentrados que aún permanecen y les entrega sus útiles, y estos nada ariscos los aceptan.
Esa imagen la comentamos, ya que apela a un mundo de derechos civiles, libertades públicas y unas pautas de comportamiento extraordinariamente cívicas y naturales, sedimentadas por una determinada cultura democrática jamás interrumpida. ¿Habrá diferentes culturas políticas? Nos preguntamos. Los que más experiencia y conocimiento tienen de ellas serán seguramente los que más tengan que decir, tal vez dirán un nombre, un pecado, a lo más. Con esos no es aconsejable otro lenguaje que el del mus, aunque sobrarían señales.
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