lunes, agosto 06, 2012

Mis coetáneos vascongados


De repente, el jueves,  la ría de la costa vasca estaba en la Américas, muchos trasplantados. En las terrazas, en lugar de vinos se pedían botellas. Había cambiado el mar.En la Caleta de Adeje en un momento dado acuso a alguien de comunista, con desdén, es decir  como significante de fosilizado, totalitario, antiliberal, anti demócrata, -en este país todavía hay paisanos que aún no saben que se puede luchar contra el fascismo para instaurar un totalitarismo incluso mayor: comunistas, talibanes, Jomeini en Irán, etc., etc.-, o como trasnochados, creyentes  monistas, en posesión de un verdad religiosa de fines últimos.
La respuesta: “¿comunista?”, como “qué pasa con los comunistas”.
-     Absolutamente nada que sea  muy diferente –respondo- de fascistas, islamistas, o desde de un plano filosófico, de mormones, baptistas del sur… de ese jaez,tan susceptible de mucho mayor encomio. 
Se lo aclaraba a las voces plurales –en realidad es una sola voz, un coro burgués que sigue el pensamiento de Herri  Batasuna y PNV y al que se sumó el PSOE, el  hegemónico, como lo  han hecho toda su vida-,  liberales,  tolerantes, no excluyentes, incólumes al tiro en la nuca, sensibles a la limpieza étnica, a la persecución y eliminación política. Era esa voz   vasca  que  petrifica por su insensibilidad y estupidez. A pesar de que a la persona le tengas  aprecio, la voz coral la suplanta, es la cuota prevista  de  aquella tribu de iguales y uniformes encallecida en la indignidad política y cívica colectiva.
Como siempre ante estas situaciones, aunque tarde,  voces muy relevantes de reconocida talla  moral ya han empezado ha dejar escrita la historia reciente del País vasco (la que quedará), como la de los alemanes en su día. Ellos, supervivientes de todos los acomodos, harán que no va  con ellos.
Vuelvo a lo que me ocupa. Empiezo a  citar barrios de Bilbao y pueblos vascongados, el vademécum  de nazis, de nacionalistas étnicos al más puro estilo de sociedades desmoronadas civil, política, ética y moralmente,  de sumisos  que callaban y miraban a otro lado, de  equidistantes de vida modosa  que veían muertos, perseguidos y exiliados  en Europa Occidental, y pisaban la sangre impertérritos en sus ideas de que todas son buenas, que les dictaban  sus amos de opinión  amparados por el poder literal de la armas.
Pero yo les conozco, yo sé quienes son y quienes fueron.  De jóvenes  jamás, ninguno de ellos sintió la más mínima repulsa (que se sepa, tal vez era muy íntima) por el franquismo, si de ellos llega a depender todavía habría franquismo, también miraban a otro lado entonces como hace unos pocos años. Jamás  sintieron sensibilidad vasquista  y menos apetencias liberadoras o interés histórico, nada de nada,  se conformaban con los rugidos de San Mamés y el profesar bilbaínismo, una distinción de elegancia y poder. Estaban en la ola de la comunión general con el entorno más inmediato, siempre discretos sabiendo sintonizar con el ambiente.
Efectivamente en la URSS hubieran sido comunistas,  pero en Alemania  no hubieran sido nazis ni en Vascongadas de ETA, sino entre los que los acatan y miran a otro lado. Ese gran colchón, sin que aquellos no hubieran existido.

No hay comentarios: