viernes, octubre 26, 2018

Merodeo por el Montestory (y fotos washingtonianas)

Nuestras pre-cenas washingtonianas
Lo que se lee en Estados Unidos
Al completo, mi hija manda
Ayer bajé a la ciudad, ir los lunes a Los Reunidos para mí no es bajar a la ciudad aunque la camine antes de llegar, sino ir a ese bar y andar bastante, que nunca lo hago.
En el tramo final de la calle del Castillo me tropecé con Frenando, padre de hijos Montestory como su seguro servidor. Es muy ingenioso, divertido, culto, era profesor y muy particular. Tiene las características de la gente que admiro y distingo. Cuando nuestros hijos eran niños, yo acuciado por mi  sentimiento parental era capaz de ir incluso a las reuniones del padres del Montestory, de las que omitiré anécdotas, recolectas y mentalidad. Me sentaba con Fernando mientras las paternidades y maternidades se esmeraban para que la educación de sus hijos fuera debatida in extenso y mejorada, si ello fuera posible. Como no sentía ninguna admiración por ellos/as ni por  la gobernanza del College me ponía hablar con Fernando  y no paraba de reírme con las cosas que me decía. Él se enardecía más comprobando su éxito y yo más reía. Mostrábamos sin pretenderlo expresamente el nulo interés por las temáticas Montestory. Ayer me dijo que me  seguía, leía mis artículos -como una dependienta de la gasolinera-, elogioso, que había que dar caña y que además era un erudito, me lo dice un profesor intelectual, aunque se corrige ya que erudito es diminutivo y yo pasaría a ser un “erudo”. Por qué no habrá más Fernandos en el mundo y siempre que sales te encuentres con uno de ellos. Luego notarié. Y subí por el Montestory College.  Comprobé que practican –mucha ideología barata- el capitalismo/canibalismo inmobiliario, se ha  extendido el College al edificio transcontiguo, y que ha quedado en el medio un edificio como de estraperlo. Durante años dejaba allí sin remordimientos a mi hijo.
También comprobé que ha salido de la clandestinidad porque han puesto el nombre en la pared –y no en cirílico como correspondería por ideología sino en grafía esclavista latina. Y a modo de epitafio en lápida una frase que no es de Heine ni de Goethe, sino del MAE nostrum
Logré que algunos homínidos se convirtieran en humanos, o algo de ese tenor pitecántropo pone. Como si fuera un partigianio. Con dos cojones.
Le comentó  a mi hermano que me refutó: tú y mi padre detestabais al MAE. Fuera del baluarte de lo que pretendió ser vanguardia educacional hace solo  ya un siglo, ningún morado podemita-feminista, bandera republicana, boicot a las armas, ni detalle gay y ni una triste pintada contra la Manada. Muerte al saudí. Nada de nada


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