El lunes pasado cuando estábamos en Los Reunidos, se me
acercó el presidente de una asociación cultural para presentarme a un profesor de la Universidad de Granada
que había conferenciado (últimamente siempre estoy haciendo neologismos, aunque
éste ya lo había dicho Julián Marías; según mi hermano tengo igual mérito
porque no lo conocía) en el Tea sobre Tel Aviv. El profesor viaja
frecuentemente a Israel y sabe hebreo.
Alexander - elige a
sus amigos como un entomólogo alemán, aunque él es austríaco por parte de padre-, que es miembro de nuestra asociación
canaria de amistad con el pueblo israelí, propone dos conferencias sobre
Israel, de padre e hijo. Nos convocamos en nuestro hotel el jueves pasado.
Llega el que yo creía el hijo que resulta ser el padre. ¿Pero qué edad tienes? 51.
También viaja todos los años a Israel, pero en lugar de a Tel-Aviv como el
profesor de Granada lo hace a Jerusalén.
Mi hermano le dice: “llevas la cruz gamada” –le cuelga del
cuello una cruz. Le corrijo: “en todo caso sería la cruz de hierro (del ejército
alemán)”. “Eso”, me responde, pero dice el aludido: “no, es la cruz de Malta”.
Pensé citar la de Caravaca, pero callé.
No soy experto en cruces, bueno, quizá en cruce de caminos como el asno de Buridán antes que de Ignacio de
Loyola camino de Tarrasa. Al decir de mi hermano en la reunión, toda la
educación religiosa recibida me entraba por un oído y me salía por el otro. Se
puso un par de veces farruquito.
Nuestro hombre exhibe extraordinarios conocimientos, que da
un gusto inmenso oírle. Lo mismo de
epigrafía que historia de las religiones, de la actual situación política,
y del mundo antiguo en general. Acude a
una universidad de Jerusalén anualmente a estudiar textos bíblicos y
lenguas antiguas. Su hijo es arqueólogo. No me extraña. Dice que su ciudad es
Jerusalén, con lo que colma toda mi atención e interés. Ha citado Tokio. Se ve
que no habla por hablar, que todo lo que dice de drusos, coptos, assessins (una
secta Chií de la que se dice viene el nombre de hachís), hachemitas, ismaelitas… revela conocimiento, y cita a Otto Rahn.
Tiene mucho contacto con los franciscanos que son los custodios
de los santos lugares desde el siglo XII o XIII. ¿Desde las Cruzadas?-inquiero.
“No, de justo después”, señala. Me entero, contra lo que yo creía, que la
iglesia armenia sólo controla una pequeña parte del Santo Sepulcro, que visité.
Los ortodoxos la parte de arriba, todo el resto los franciscanos. Habla de paules,
dominicos, por supuesto franciscanos,
tiene mucha relación con su superior,
por supuesto de palestinos… Es un fan de
la ciudad vieja de Jerusalén, donde yo no aguantaría ni un atardecer ni una
noche. El conocimiento de las religiones
me atrae mucho, pero estas me abruman, y en la ciudad vieja su gravitación es
muy poderosa, y además están todas.
Conoce
muchísimo. No es partidario de hablar de la situación
política porque habría que ser objetivos. En Hebrón, tumba de los patriarcas de
Israel, los colonos (sus colonias) han cercado a los palestinos, y pasean con sus novias con
el fusil de asalto M-16 al hombro. Según
una novela del escritor judío americano Philip Roth, la mayoría de colonos son
norteamericanos, según nuestro amigo, eslavos. No habrá Israel duradero sin un estado palestino, creo que lo pensamos
todos.
No conoce el término jaredíes referido a los ultraortodoxos
y no hablamos de los hassidim. Pero me descubre a los mitzrayim, judíos de
Egipto, a los que también llaman alejandrinos.
Nos habla del mesianismo judío una rama que reconoce a
Cristo como Mesías pero que sigue el
ritual judío, como la más primitiva comunidad judeocristiana. Hablamos de los
concilios de Nicea y Constantinopla, que introduzco yo, para rebatir a mi
hermano.
Nos descubre que el
talit con el que se cubren (o descubren)
los judíos para orar, según el color de los cordones refleja la procedencia o
devoción específica. Nos cuenta que los judíos nunca se fueron de Israel, que ininterrumpidamente
siempre permaneció una comunidad israelita, y que se les reconoce también por
el talit.
Está preparando un viaje muy barato, sería muy interesante
estar con los franciscanos y visitar los santos lugares y regresar a Israel. Me
entran unas ganas locas de volver a Jerusalén, Tierra Santa por primera vez y
Eretz Israel.
Al salir le pregunto de qué es profesor (de universidad) y
me dice que no es. ¿Quién eres entonces?
(¿acaso el Mesías?). Trabajo para una
empresa de seguridad internacional. Ha vivido en Tokio y en muchos países de
Asía. Si fuera profesor, su personalidad apenas tendría interés, porque sería
lo propio. Que tenga un trabajo muy práctico y cosmopolita le da una proyección
verdaderamente interesante, inusitada.
1 comentario:
Avise del día y lugar de la conferencia.
Sal2, EDH
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