Ahora que puedo caminar (mal) alcanzo los estantes altos de mi estudio de lectura (sí, a todo pongo nombre), la mayoría del Sáhara, Marruecos, Tánger están en la casa grande. Más suerte. Buscando un par de libros que sigo sin encontrar y en una zona de guías de viajes y otras temas (clásicos españoles que no he leído casi nada, asociaba a Franco, y el esfuerzo del castellano antiguo, que le digan a Andrés Trapiello).
Todavía tenía el sano hábito de poner el año y lugar de compra: Málaga, 2007, mi tercer viaje a Tánger, y lo tenía leído, bien subrayado en capítulos.
Descubres que algunas cosas que sabes se debe a libros que no recuerdas, éste es uno. Cuando iba por la mitad advierto que no hay rastro de españoles, casi ni referencias genéricas. El autor es francés y en la lista de agradecimientos del final aparece, y en el libro bastante, Rachel Muyal, pero sin conexiones españolas. Nadie es citado.
Ya me dijo un amigo marroquí, Tánger es un asunto norteamericano y francés. Mi Tánger carecía por completo de todo ascendiente literario español. Fui y estuve sin ellos.
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