Me fastidia que me haya perdido mucha pandemia, esa contracción y contención de la disponibilidad de noche, desbarre y patinaje artístico.
Entonces dimos en celebrar picinics en casa los lunes, en plan velas en el jardín, delicatessen y bebidas de una sofisticación suficiente. La semana pasada hasta nos vino Yael. Con la enorme satisfacción que produce -una compensación que me ofrece la vida-, de no tratar ahora con progres, no lo he buscado, ha devenido, Es cuando los amigos ofrecen recovecos, imprevisiones, puntos de vista inesperados, singulares, se erigen en interlocutores únicos, con fondos insoldables que apenas se deja ver e intuir, no tienen nada pregrabado. Ni viven toda la vida en las mismas zonas de confort: siempre en mayoría. Ni quedan desolados ¡¡¡!!! por la falta de valores sociales de otros. La superioridad moral de estos "comprometidos" (sic) es como las necrológicas, sus cuadrículas y casillas ideológicas de acrisolada superficialidad (antiguallas léxicas) y máxima moralidad que pautan, que debieras tomar (de valores sociales) para superarlo.
Ya camino por casa, he estado en el hospital, ayer en otro y me han encontrado de maravilla, por si hubiera interesados, pienso sin mirarlos por supuesto, también en my class enemy. Llamada de Luis para celebrar la tertulia intelectual del Oliver el sábado de la semana que viene. CONVOCADOS pues
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