martes, septiembre 01, 2020

La columna de la semana CRISIS PROGRESISTA

CRISIS PROGRESISTA

Pedro Sánchez, el Golem de Meyrink

JOSÉ MARÍA LIZUNDIA

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Encriptado, de pago, TEXTO     Crisis progresista

Frente a la terraza del bar, en una calle muy antigua de Santa Cruz, tengo ese día dos bares cerrados y el de al lado con un camarero o el dueño a la entrada esperando que alguien lo haga, y así sigue, el tiempo que llevo sentado, que ya es fácil 40 minutos.

Aparece un funcionario de educación que lleva bastantes años también viviendo del Estado, lo que ocurre que desde hace años sin trabajar. En días laborables le gusta, cenar al menos, de restaurante.

Un funcionario progresista jamás te va a sorprender con nada que tú no hayas previsto que va a decir. Un progresista nunca va a tener en cuenta que el de enfrente pueda tener ideas propias, y que no estén arropadas por todo su entorno (continuado) de vida, en el que siempre ha permanecido encerrado, aunque sea una sola vez. Ya que cualquier contradictor solo puede ser un malvado e inmoral capitalista explotador, y esos realmente son muy pocos. Fue  Karl Marx quien lo anticipó con  la fatalmente predicha  crisis de superproducción y la tasa de ganancia decreciente. Cada vez habría menos trabajadores consumidores y capitalistas. Por lo que mentalmente lo que queda entre esos capitalistas y el resto han de ser de izquierdas o fachas.

Por tanto lo bueno del progresista es que siempre da por sentado que puede descalificar a la derecha, al PP por tradición,  porque nadie entre los presentes lo pueda ser, además les ayudan los que lo son, porque callan como muertos. Un progresista no puede resistirse a mostrar su  ya famosa  superioridad  moral y su capacidad diagnóstica de índole social y económica. Los progresistas a partir del mínimo signo  te hacen compartidor de su breve catecismo. Nos estamos limitando a constatar el número de establecimientos cerrados enfrente y el que ha abierto para nada. Pero no es suficiente. El profesor funcionario nos va a descubrir lo que realmente está ocurriendo. Él lo sabe, siempre lo saben. Así nos ilumina diciendo que no sacan más gente  de los ERTES para no pagar la seguridad social, y perversos e insensibles empresarios ¡ahorrarse unos euros! Al final la crisis, fronteras cerradas, locales cerradas, el avanzado caos del Estado, que no paga ayudas, que no coge los teléfonos, que no tramita prestaciones, con un gobierno que se evade de vacaciones y competencias posibles, no cuenta nada. El progresista es un adicto a la simplicidad siempre, y solo hace juicios morales, desborda prejuicios, certifica  intenciones. Le digo si no ha pensado que el  único que se  va a quedar sin  seguridad social va ser el empresario por no poder pagarla. 


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