Se puede esperar algo de ellos, de esos diletantes e intrusos, de esos merodeadores, no van a salir por lo codificado y rigurosamente instituido, ni tampoco por el oportunismo de quedar bien y hacer amigos, aunque igual no ocurre nada, ni nada o poco vale, pero con suerte es posible que haya una estética, un estilo que ha sido inyectado por un fuerte anhelo ético, aunque solo sea por descarte. No cabe una eventual reducción psicologicista.
Es cuando oyes demasiadas veces la palabra "personaje", un identidad incompleta (no holística), oblicua, no seriada.
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