sábado, septiembre 19, 2020

La necesaria atención y cuidado de la frivolidad

 

Esta es la altura máxima  de la villa para invitados, atrás toda la bahía (Santa Cruz de Tenerife Bay), en Nochevieja subimos el botellaje de champú para el brindis Happy New Year. Este es Fernando II que no conocía los confines, ni latitud y longitud exactas.

Mi hermano, abogado en la recámara, lo que le aterra (la eventualidad de regreso) y docente de secundaria en Fuerteventura, que  ha mutado su personalidad
- Te has vuelto independiente y seguro de ti mismo- le digo
-Pues ahora mismo voy al médico- me  espeta
Aquí me concedo la permisividad de adverar el título de mis acciones (un simbolismo trascendente nomás) en el medio del Partido Nacionalista Vasco, el periódico Deia, de procedencia hereditaria, lo que de no ser así, no podría entenderse 
Las contraventanas de mi despacho, que lo fue, no soy ni mucho menos un enano como podría inferirse de esta fotografía, solo que Fernando alcanza muchos pies, casi navegación aérea
Bajamos en el descapotable de 2ª mano de Fer II a la calle Nokia (Los Reunidos vacacionando), donde  habían comido XY, Belén  y un pequeño lote de personal médico, que esperaban.
Estuvo bastante loco todo hasta que nos conminaron a irnos. Mi hermano quería proseguir, por si no lo sabes, el pandemonium impide las peregrinaciones noctívagas que tu te encargaste de desatender a lo largo de tu vida unidimensional, no vengas ahora de bar-ista.



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