martes, mayo 12, 2020

Cuánto desparpajo en la salida de ayer

Nunca hemos estado tan mal de efectivos como ahora, y encima ayer bajas, tuvimos un simultáneo/instamatic con mi hermano desde Fueteventura, yo le mostré indiferencia. Es todo previsble. Yo bajé atrincherado a la ciudad que resultó igual que siempre. Me dejé una vez más las luces encendidas y después sin poder arrancar, volví al reducto donde se oían las risotadas y el restregarse. Al final la gente se tocaba, a mi Fer-G no dejaba de toserme a la cara en todo momento, pensé que tuviera algo contra mí. La experiencia más insólita era que me sorprendía  a cada rato con los dedos y las manos en la boca y la nariz, incluso me metía los dedos por debajo las gafas para alcanzar los ojos. ¿Pero esto lo hacía antes o lo hago ahora con tal de ir contra las normas?  Llegó un momento en que ya podía dominar las manos, y me restregaba boca y nariz con las mangas. Hasta que pensaba: tengo que tener las mangas...
Me maravillo de lo viril que salgo en la foto, por supuesto, en ningún momento lo imaginé, pero por el tenor de mis consideraciones  es evidente que me  intuí,  a dios gracias no hombre sensible y delicado, que saca su parte femenina, esas categorizaciones-esquemitas de los que hablan My class enemy, las tías menos interesantes, divertidas, singulares, de ínfima vida: tan subordinadas, corales y pegatinas.   Aux  me llamó salvaje, todo porque le dije al doctor, que es "el hombre que agasaja a las mujeres"
 y hace gimnasio y se reconoció narcisista, porque las quiere gustar. que el coqueteo-sentencié- no es necesariamente un medio sino que puede ser autónomamente un fin en si mismo. Si aquella ante la que te das al coqueteo te la 


pudieras tirar, pues que vas hacer, te la tiras 
pero si no, te conformas con gustar y que te reconozcan. Por eso me llamó salvaje con todas las veces que con su vuelo de águila de mucho mundo y siempre de vuelta me ha hecho sentirme mujercita  y hombre vasco a la vez.
Como dice mi hermano: no somos (él y yo) más  que mujercitas que aspiramos a ser alguna vez mujeronas y rompe a reír con verdadero arrobo de triunfador. Pero ayer y por mi cuenta hablaba con FerG de empotramientos y de la doctora cubana, que de orgiástica solo con su pestañeo ritmico te ulcera y cuando ya te ve supurando te roza que a ella  solo le gustan los "malotes".


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