Esto fue el miércoles, cuando quedé con Juan Royo. Para mi limitación y achatamiento me he pasado lz vida con progres inclusive por trabajo, menos mal que me fui alejando de forma gradual y sostenida de ellos, sobre todo vitalmente -va mucho más allá de lo ideológico-, aunque mantuviera relaciones personales.
No hay gente más previsible, pensamiento común, prejuiciosa y acobardada que ellos. son la unanimidad y encima con su prurito moral de estar en el lado bueno, la peor clericalla
Juan es la fiesta de la incorrección, lo que le falla es su culturalismo. Se ha acabado tres novelas que es la parte inocua del pathos culturalista. Contaré solo lo que debo contar.
- -Hoy tenía la Traviata y tenía que estar en Londres
- -Pero qué ¿no has escuchado la traviata? Hasta yo la he escuchado , entera no, dios me libre, coros, a alguna parte en la radio o televisión
--bueno... ja-ja,
- -claro será muy distinto que la cante uno u otro como las voces son tan diferentes, las partituras tan distintas, los instrumentos opcionales, o nada es así como digo, que claro cada uno buscará la de su preferencia. Tiene que ser muy ...muy...disquisicional
Estuvo en enero con su hija en Tailandia, tres semanas
- Qué horror -le digo-que acaramelamiento del mejor padre que la providencia le pudo en gracia asignar y la mejor hija que no merecía, todo el día juntos homenajeando la familia...ejem... de divorciados
- -Que va, si nos llevábamos fatal, se cabreaba y se iba, solo quería comer en los puestos de la calle, y yo salía detrás, no la iba a dejar sola en Bangkok-
y luego me cuenta que para atajar a una carretera se metieron en una almendra de casuchas, un dédalo dedicado por completo a la prostitución.
--Eran prostitutas bajitas y todas con minifaldas rojas y la música por todo el poblado chun chun, chun música occidental, y no había forma de salir, yo angustiado ya .
Cuando al final conseguimos salir
--hija perdona, por donde te he traído
- -no papá, si ha sido fantástico
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