Son los hechos lo dramático, nunca "la crispación"
JOSÉ MARÍA LIZUNDIA
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El significante
crispación tiene su historia, que no lo es por su generación sino porque quien la
causa quiere culpar de sus efectos, tapando su producción. No creo que salga en
la serie Patria, pero anduvo por allí con mucho protagonismo. A los pocos que
se movilizaron contra el terrorismo etarra, casi se podrían citar a todos, en una
soledad y riesgo extremos, eran los que crispaban. De aguafiestas, provocadores, saboteadores les
acusaban nacionalistas y abertzales. El aparato propagandístico del PNV hacía
de ellos algo simétrico del terrorismo.
Hay otro significante, pero este de anti-crispación, que es
el “talante”: ni había figurado jamás en
la ciencia política comparada, ni tuvo tratadistas que lo ilustraran si omitimos
a su inventor: Rodríguez Zapatero. El cremoso talante, como Zapatero y el
curita Gabilondo convinieron por televisión, consistía en aumentar la tensión
ante las elecciones ya que les favorecía. El talante prácticamente nos llevó a la
ruina, que Obama y Merkel evitaron con sus llamadas y al inicio de lo que ya algún
periodista extranjero llama (de España) Estado fallido, disuelto de hecho en
Cataluña y Euskadi, y fulminado un pacto constitucional de todos, por otro de
exclusión ¡de nuevo! de la mitad de los españoles.
Los datos económicos son cada día más razonablemente
apocalípticos, los zarpazos del covid nunca nos bajan de posiciones de
liderazgo, una coalición de gobierno que como tal es minoritaria, se ha marcado
una ruta totalitaria con parangón en Venezuela,
y que objetivamente, paso a paso, va
cumpliendo con el control manipulador por el ejecutivo del Estado: TVE, CIS,
dirigismo educativo, Fiscalía que perfila la impunidad de golpistas y de la nueva
corrupción multidireccional de matriz internacional de la
familia Podemos. Como los Kirchner y Ortega, el poder por primera vez en la
historia, franquismo incluido, lo componen parejas en el gobierno, pareja de
gobierno y presidencia del ¡Parlamento! Algo rompedor en la Unión Europea, que
cultiva estándares de moral y vergüenza públicas. Por la
política comparada comprobamos el
intento de eliminación de la independencia
judicial, con la sumisión del poder judicial conforme a la agenda bolivariana. En ambas están sus
diseñadores. Y estrategia bolivariana también es, el control de las televisiones, vía
subvenciones y rescate, como ha ocurrido en Cataluña. Vemos como están todos en
la labor. Como en la colocación de un turbión
de asesores/enchufados, más los chiringuitos (fundaciones, observatorios) que
fijan la red clientelar de adeptos ensanchando el poder totalizador institucional
y para-institucional, que Errejón explicó. Hay otra crispación (histórica): es
la de los círculos del poder de rumbo totalitario, cuando se ven resistidos.
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