El PSOE debió conformarse con la historia oficializada
JOSÉ MARÍA LIZUNDIA
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Se empieza retorciendo la historia, para que nunca se traspase la radical
disyunción entre el Bien y el Mal, sin un solo gris. ¿Pudo levantarse Franco contra “la República” como tal, cuando era la más
alta norma jurídica, encuadernada a todo
lujo, que contenía la arquitectura legal e institucional del Estado? La
república ni reina ni gobierna ni republiquea.
Permite que haya gobiernos de todos los colores. En el caso de la II República
menos quizá, porque en su artículo 1º ya advierte que es de “los trabajadores”,
que a un conspicuo conspirador republicano como Ortega y Gasset, al poco, le hace
aullar “no es esto”, “no es esto,” y a Clara Campoamor y otros intelectuales escapar del Frente Popular por riesgo de sus
vidas. Franco y sus conmilitones no
podían alzarse contra la República porque no hacía nada ni podía hacer, nadie se
levanta contra normas y códigos, sino contra acciones, inhibiciones, hechos
humanos de quienes realmente los ejecutan: el Frente Popular y algunos personajes
más que otros. Hablar con rigor y verdad exige decir que se sublevaron contra
las políticas del Frente Popular y
derivadamente o en consecuencia contra la República, pero en su orden lógico,
causal e histórico. La república no cometió ni un solo crimen, tampoco podía.
El célebre filósofo Miguel Ángel Quintana Paz, aseguraba hace
poco que nunca entendió el interés del PSOE por la memoria histórica, algo que
le podría perjudicar tan principalmente.
Está ocurriendo lo
que es lógico que pasara, no ya por la inflexión de la ley del péndulo, sino
que de tanto ir el cántaro a la fuente terminara por
romperse. Si tenían un mito republicano antihistórico, inverosímil, perfectamente acatado, lo inteligente hubiera
sido dejarlo así y jugar con esa ventaja, porque como se ahondase iban a empezar
a desfilar socialistas con reproducciones fidedignas de lo declarado y hecho
(se les oye, se les lee, lo reconocen,
ponen las pruebas). Las declaraciones de tantos socialistas son abrumadoras, Indalecio Prieto pidió perdón por la
revolución/golpe de Estado de Asturias en 1934 contra la Republica (varios
miles de muertos) y se descubre lo oculto, como el bombardeo aéreo republicano
de Cabra finalizando la guerra.
Tarde, pero termina por saberse, como que Che Guevara fue un gran homófobo y un sangriento
criminal de lo que alardeó en la ONU: de fusilar en pasado, presente y futuro.
También está grabado.
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