El mercenario Parot nació en Argelia, de familia “pied
noir”, donde no debió encontrar acomodo fue en Francia una vez expulsados de
Argelia, como les pasa a algunos emigrantes musulmanes de tercera generación.
En Bayona donde se asentaron descubrió a los islamistas vascos, peores que los
paracaidistas franceses en Argelia. ¿Qué hacía un grupo de franceses en un
comando de ETA (el más sanguinario) asesinando españoles indiscriminadamente,
si ya había terminado la Batalla de Argel? Pero la guerra colonial nunca terminaba y al parecer siempre era
recurrencia o imagen del inconsciente francés, hasta Sartre habló de un País
Vasco colonizado por España, en un
prólogo con ocasión del proceso de Burgos. La propia ETA refutó tal análisis. Pero
la organización terrorista abandonó cualquier disquisición política, por el
crimen a gran escala.
ETA fue un grupo de criminalidad psicópata imposible de ser acogido bajo el rótulo de
eficientes servidores del Estado y la
banalidad del mal. Adolf Eichmann, un Julius Streicher nunca veían la nuca o
los ojos de los que mandaban a las cámaras de gas, cumplían órdenes, los
terroristas si los veían, mataban a personas que respiraban, miraban y en
ocasiones veían a sus hijos; sin el más
mínimo pálpito de primigenia humanidad, asesinaban.
Desde el punto de vista de
sensibilidad personal, del alma insondable, instinto humano de
compasión, los etarras eran más inhumanos que los nazis. El último Abrazo de
Vergara entre psicópatas: Bildu y Sánchez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario