-¿Quién pone esta música tan guay?
-Yo la he grabado, toda es mía
- Eres de Las Arenas- en asertivo.
-No, de Barakaldo- me he quedado un poco... en fin.
Entra una chica vasca en su gestalt, esas jóvenes cuarentonas vascas dulces solo cuando son dulces, con un señor si no más derruido que yo, parejo, aunque sin muletas. No se levanta él sino la hija, y al pasar le dice, como si fuera la virgen de Aránzazu o de Begoña y en ningún caso una bruja de Zugarramurdi:
- Qué quieres tomar AITATXU- que diminutivo más delicado, meloso, filial ungido, acariciante, justo detrás mío. A punto he estado de tirarme de la silla: la dulzura femenina (maternal) vasca, la música de Barakaldo, leyendo el libro de poesía sobre Bilbao de Miguel de Unamuno con Jon Juaristi de prologuista sembrado, por la concatenación de emociones tan fuertes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario