Estos libros que son de arte y de ciudades, estaban en mi estudio de lectura desperdigados, y no en la biblioteca, por lo que me he dedicado a hojearlos, casi todos desde que los compré apenas los había abierto. Los libros de San Francisco y Washington son regalices de norteamericanos.
El nuevo museo de la Tate londinense en la antigua central eléctrica, que no conocía, hace 3 o 4 años en navidades. El libro de Arizona cuando el gran viaje por California, Arizona y Nevada e incursión a México-¡cabrones!, cuando la graduación de Espy en Tucson (mi hija tutelada simbólicamente). Y el museo American Art MuseumCuando viajo prácticamente a los únicos sitios que voy son a los museos de arte contemporáneo. En Washington donde vive mi hijo y familia nunca voy a otros museos y eso que está lleno, bueno, iba al museo indio, porque hay cervezas. Los de arte moderno y contemporáneo, que los repito cada vez que he ido. El Palacio Real de Madrid lo vi la última vez que estuve en Madrid. El libro lo hojeas al regreso, y no lo vuelves a mirar. Yo que no soy muy fan de España y menos de los españoles, sin embargo me parece increíble su historia.
de Washington. Me gusta mucho la pintura norteamericana del XIX, la del XX me enloquece. Ahí está también el Museo de Arte Contemporáneo de San Francisco, y en el Los Ángeles también estuvimos y en el de Tucson (humilde pero digno).
La Fundación Serralves de Oporto -otra nochevieja cercana- que me recordó la Fundación Gulbenkian de Lisboa, La del Serralves, muy corta la obra pero muy interesante, el edificio es de Álvaro Siza, momento en que nos ponemos de pie en señal de respeto y reconocimiento.
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