viernes, junio 30, 2023

El Tour de Francia sale mañana de Bilbao, con tres etapas vascongadas y polución de ikurriñas

El Tour tiene trazas de ser una excusa para que el pequeño y cerrado país rinda culto gigantesco a la ikurriña, la bandera bicrucífera inspirada en la Union Jack inglesa, que Luis Arana, hermano de Sabino Arana ideó  en principio para Vizcaya, cuando inicialmente el nacionalismo iba ser solo bizkaitarra. No es un símbolo solar indoeuropeo como la esvástica,  de culto en pueblos primigenios. Es de anteayer y de los Arana Goiri como todo lo concerniente al nacionalismo vasco,  y el 90% de nombres vascos que conocemos, inventos de Sabino Arana, creador de toda una onomástica  
En casa de mis padres en Bilbao se colgó la ikurriña en 1976, cuando aparecieron solo unas pocas decenas de ellas en todo Bilbao. La familia de mi madre guardaron durante mucho tiempo las que colgaron hasta poco antes de la entrada en la guerra civil de  las tropas italianas y el Requeté (de Franco), en Bilbao
El País Vasco pese a la desbordada afición al ciclismo (que el Tour le reconoce),  carece de verdaderas figuras, de alguna leyenda y épica: tanto para nada. Induraín siempre se consideró navarro, y pasó del colonialismo vasco sobre Navarra. Lo que si posee esa sociedad crédula,  gregaria, coral son los mayores bosques  (en este caso de ikurriñas) del Volga al Atlantico. Hace ya mucho años que ante  la polución de banderas nacionalistas me sentía incómodo por constituir  la mayor exaltación  simbólica del  nacionalismo, en todo caso del totalitarismo, el encuadramiento monoteista, los vínculos emocionales dirigidos y potenciados. En cualquier aldea hay un gigantesco mastil con la bandera de los hermanos Arana. La española de plaza Colón es una insignia.
Al vasco le interesa la transpiración asistida por el  roce sudoroso de congregados, compactos, unísonos, formados en cuadrillas de cuadrillas, dejándose llevar siempre por la mayoría, odedientes, enemistados de la individualidad y  disidencia. Los vascos colaborativos con las ikurriñas, sirviendo a un orden colectivo y dirigido,  muy gozosos sumandos.
El gobierno vasco solo, ha sacado 60.000 ikurriñas, Bildu, la ETA política va a desplegar en algunoss montes banderas gigantescas nunca vistas. El imperio nacional vasco del tiro en la nuca 

                                               
Toda esta apoteosis extática, me pilla escribiendo otro libro sobre el País Vasco, del que parece no nos vamos a desprender/librar  nunca. Como le pasó a Mikel Azurmendi y a otros de mi generación, que no nos quedamos alli y abrazamos, además de evolucionar, ideales y prácticas/relaciones/modos cosmopolitas, liberales, diversos, plurales.  
Al menos el jueves cuando mi hijo llegue de Dallas (suegros, Día de Acción de Gracias) a Las Arenas/Getxo, para reunión de amigos, el Tour y la exaltación del Espíritu Nacional ya estarán lejos.

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