martes, junio 13, 2023

El Día: Las humillaciones desde el poder se pagan (y lectura cómoda)

                                                         

Cuando se trata de destituir un gobierno, el hartazgo por sus métodos, maneras soberbias y despectivas, engaños y embustes sistemáticos, deslizamientos autocráticos, negativas a rendir cuentas (de gobierno en la oscuridad), el enseñoramiento del poder como propio,  son también las motivaciones de respuesta a mayor escala  de las revoluciones violentas. Ese hartazgo tiene límite en la marginalización  del pueblo, todo sin él y contra él, sin sentirse obligados  a explicaciones u observar la ley con rigor, como si el poder fuera una burbuja sustraída a la sociedad y por encimade ella  para preservar mejor sus planes. La pedagogía inducida de que el poder hace lo que quiere, que no se trata de uno ordinario y común sino más robusto y decidido, incomparable en ambición a todos los que le han precedido, que harán leyes que modifiquen  las vidas (de lo que alardeen), que acaben con los valores obsoletos de la vieja sociedad, que lejos de afectar a tu condición de ciudadano/administrado incidan directamente en tus “mundos de vida”. Que irían ensayando y cerrando legalmente que sus inventos pudieran ser impugnados. Un médico no puede negarse  a un cambio de sexo de una quinceañera  ni un abogado asesorarla, lo blindan, pero blindan todo para que oposición y alternancia no tengan juego, así la fiscal de sala de mema memoria sectaria entrelazada  con Garzón prevaricador y diosecillo de la “justicia universal” (ja) tengan su propio feudo. El Ministerio de Igualdad haciendo valer sus privilegios excepcionales  demostrando todo su poder  fashion, de   Falcon y shopping de chicas de week end en Nueva York, con enjambres de asesores, ministerios y despilfarros, viviendas gratis, el que el poder y sus santos cojones determinen. Es fundamental el valor  de la arbitrariedad, como forma esencial de uso y fuerza del poder marcando la  divisoria de verdad, ontológica, de casta y pueblo, no como la denunciaban sus después arquitectos, y sino como lo entendieron Trujillo, Somoza, Batista, Duvalier, Strossner, Noriega, Castro, Hugo Chávez. Los alardes y ostentación simbólica del poder despótico  se va construyendo en  democracia no de golpe, sino forzando leyes, conculcando los procedimientos y garantías, copando instituciones de control y gobierno de instituciones, sin dar ningún crédito a la opinión pública, negando función  a oposición y parlamento, con abusos de derecho, desviación de poder, desregulaciones, arbitrariedad sistemática disimulada, con ocultamientos generalizados.

El doctor Sánchez ha intentado con el Estado lo que hizo ya en el PSOE al implicar su planteamiento plebiscitario  la eliminación de los órganos  e instancias intermedias, con el Estado ha intentando similar disfuncionalidad y desequilibrio institucional, el vaciamiento de contenidos y reglas. El cesarismo o bonapartismo benefactor de amigos y lacayos.


No hay comentarios: