domingo, agosto 07, 2022

Invitado al norte de Marruecos a un acontecimiento familiar

Estoy realmente contento, ilusionado, por la prevalencia de las relaciones personales ante otras cuestiones, como pueden ser las citas culturales o políticas (sería ética política/filosofía moral: reflexiones; sin adscripciones partidistas o ideológicas, esto se lo dejo a otros, generalmente demasiado unánimes y compactos) que es en las que  me siento realmente a gusto en todas partes. Pero que sea en Marruecos supone mucho más, he adquirdo un vínculo muy fuerte y todo lo he hecho solo y sin  plan. Para mí supone mucho esa invitación, un privilegio jamás imaginado. Nunca fui con un propósito determinado, sino porque me iba saliendo, lo que te permitía evolucionar al quedar siempre todo abierto,  descubrir nuevos intereses e implicaciones. Todo paulatino, sobreviniendo. Uno arrastraba al otro. Como me gusta decir, yo entré a Marruecos por el sur, por el Sáhara y no porque lo tuviera enfrente, aunque de hecho lo hiciera por el norte, que no simbólicamente y con acciones.
Resulta que los grandes amigos que he hecho en los últimos tiempos (presumo de mi capacidad para hacerlos, nada que ver con su número, gracias) son básicamente marroquíes, de forma que este mismo mes y en Málaga comeremos, como es ya costumbre desde hace unos años, con Jamal y Abdelkader.
 

No hay comentarios: