En el "Colón" de Fuengirola. Estoy escribiendo sobre el reggaetón y pido opinión a mi hijo, tanto a él como a Shilpa les gusta mucho. Estoy persuadido de que el racismo y clasismo español emboscado en las legiones romanas de progreso, tildarán muy despectivamente al reggaetón de alimento de latinos, marginales, maras, machistas portorriqueños y otras gentes igual de deplorables, pobres alienados, para su estulta superioridad de progreso. Van de cultos y cantautores de mensajes eternos.
En el "Altamirano" del casco antiguo de Marbella, hacía tiempo que no había visto a tanta gente feliz, bronceada, familias estructuradas y educadísimas, tejidos vaporosos, dentaduras nacaradas, perfumes delicados, camareros de quiebros y requiebros toreros, y gracejo andaluz, y no 5 oligarcas rusos sino muchos cientos de europeos occidentales y árabes (bastante menos).
Dejamos para el futuro próximo el tema que esta semana nos ocupa gracias al canario Quevedo y el reggaetón.
Hey Al! y Serena el otros día en chiringuito marbellí
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