L.A. y Base naval de San Diego
Por fin tengo DNI y pasaporte nuevo para sacar los tikets ya.
Oferta ahora.
El lunes en Los
Reunidos se perfiló más el viaje a Tucson (Arizona) a la graduación en Law de
Espy. 20
horas a Los Ángeles: TFE Sur- Oslo-LA.
15 días. LA se ha convertido en un punto logístico, empieza este curso
Pablo, el hijo de Conchi (venían de Tailandia y Myanmar, no sabía nada, se emocionó y lloró), en la UCLA. Igual para entonces tenemos más
infraestructura allí. Él se incorporará a la expedición. A E. le gusta mucho la
ciudad, y le parecen superficiales las críticas habituales (españolas: tráfico). Debe
haber más cosas además de coches, según críticos por elaboración personal, y no
crítica en serie de a prioris (los estadios de banales). En LA se incorporarán E. y S. Al final nuestros hijos, todo apunta, se asentarán todos en
EE.UU. Lo bueno de la vida es que
sorprende siempre. Que no resulta en absoluto como se intuyó, que puede dar extraordinarias
alegrías y abrirse en horizontes bajo arco iris rutilantes. Nuestros hijos
se tienen por familia y mantienen
contacto y saben que se tienen para lo que haga falta. A LA le daremos una batida, tenemos
el Pacífico, Santa Mónica, Venice, la catedral de LA de Moneo, a Gehry,
museos, muchas cosas. De allí iremos a
San Diego a sacarnos una foto en la ex
casa de Belén y Pedro y visitar la Base Naval, la mayor seguro de EE.UU. El riesgo de guerra global no está
en el Atlántico, sino en el
Pacífico, en los pasos del Mar de China,
y límites fronterizos. Es la zona caliente y crítica del mundo.
Fer y yo nos dijimos al unísono de ir a la base naval y
visitar un portaviones y algún barco más que tienen de museo, aunque son más
impactantes los modernos barcos de guerra,
que a los dos nos encantan. La idea era o es pasar a Tijuana, ya
solo el nombre es sumamente sugerente.
Para evitar colas pasaríamos caminando. Belén nos lo desaconsejó y que una vez en coche tardó 4 horas en pasar la
frontera. Según Belén es hórrido, más caro
y no vamos a oír mejicano sino inglés americano slam y además nos van a
robar los pasaportes. De LA a Tucson nos separan más de 700 Km (500 millas), es a través
de California pero sobre todo de Arizona. Las grandes rectas, las gasolineras polvorientas y abandonadas,
puertas batientes por el viento en locales de carretera que se sospechan
deshabitados, los moteles con gente dudosa
y poco cuerda, territorio de
navajos y apaches (de Jerónimo), de bases secretas, de cactus, plantas heridas,
rastrojos y el sol de la antigua España, la única que nos apasiona. Hemos de
atravesarlo releyendo a Cormarc
McCarthy. En Tucson, apartamento a las afueras, de estilo y ambiente post-hippie, donde vive Espy. Traje y
graduación. Dentro de la vida americana.
De Tucson tenemos Heroica Nogales a 50 km, o sea MÉXICO, vamos a adentrarnos
hasta el Mar de Cortés en el arco de la
Península de la Baja California. No
tengo otros dos países que me puedan gustar más.
Belén que es española porque no puede ser norteamericana,
nos aconseja ir hasta Las Vegas, ella es muy fan de EE.UU. –no descarta irse
definitivamente, pero no puede-. Si Belén dice Las Vegas será por algo.
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