jueves, agosto 18, 2016

El diario de un escritor comprometido.11: Bacalao

La dieta de fin de semana  pasa necesariamente por  el pescado fresco. Aunque nunca  cocino yo, sí diré que aparte lubinas, doradas…  el cherne  y el pámpano son de  mucha calidad   y precio, como el buen bonito. Nada de eso hago yo, a veces se trae pescado  congelado  para entre semana y ese sí hago yo.  Pero  no tiene  ciencia,  se puede hacer hasta  en el microondas rociado con aceite de oliva. Es como una comida de enfermo. Durante tiempo todo lo solucionaba con ajos, ya a casi a nada pongo –los ajos los como crudos, con aceitunas, para no abrasarte la boca, como hacía  antes- a   estos  pescados sin fuste hay que  echarles  mayonesa. No  lo suelo buscar en   el congelador  hasta que lo  ves de noche  descongelar,  y sabes qué vas hacer para comer. Hay unos que pueden casi  pasar por no congelados.
También he ayudado  en muchos bacalao al  pil-pil, que es un ejercicio  de muñeca muy específico, que requiere   su maña. Durante los meneos   hay que apartar la cazuela del fuego para hacerlos  y  volver a ponerla, se trata de cadencias  con unos resultados alquímicos.
Del bacalao blanquísimo al vacío  se puede sacar, aunque  parezca mentira,  la  salsa del pil- pili, mediocre pero sale, del  roce de la piel  del bacalao con el aceite de oliva en la cazuela de barro, que es como se hace.
Este bacalao si lo he hecho pero con pimientos de piquillo. Ayer me llamó mi hermano desde Bilbao a la noche, supo llegar.  Se ha acabado  la diversión y las risas perpetuas.
Aunque MH y Arantza conocen a Fer y Rosita desde hace muchos años. Con Espy pequeña  estuvieron  en Mundaka  en  casa, ayer comentaban la espectacularidad de la pareja junta o por separado, según  MH juntos son un crack.  No fueron para menos.   


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