Es agosto y acabo de terminar mi jornada de trabajo realmente
satisfecho. Uno sabe cuando puede registrar logros, y tener una idea acabada del
resultado. Ya tengo mi tercer libro sobre el Sáhara terminado, estoy en las correcciones,
que es cuando se anotan los valores de mejora (¿elevación?) conceptual y literaria, consigues uncir forma y fondo, y cuando se cumple aquella metáfora estética de Schiller,
del caballo que lleva armonioso y elegante el jinete. He dado un salto de gigante en el discurso –metarrelato- sobre el Sáhara. Es así. Obviamente conozco
lo que hay.
Hoy he vuelto al Spar y he frito los pimientos verdes de Gernika
–son del mes de julio, han de ser de temporada, somos vascongados de cierto rigor-
que trajo Arantza, me han quedado muy
bien. He empezado a asomarme desde hace días a la literatura canaria, hasta he colgado
una cosa en mi blog de ese mismo nombre. No he concluido un asunto y ya estoy
pensando en el siguiente. En otro orden de cosas,
al parecer MH y Arantza llevan días quemando drásticamente La Palma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario