Ayer
cenamos en el jardín, solo ocurre cuando vienen MH y Arantza, que no hacen sino
celebrarlo, como pasó con otros vascongados de mucha dimensión que lo siguen recordando. XY
no puede prescindir de los detalles, puso velas aunque no en la mesa. Hablaron
de La Palma.
Cenamos
un plato muy Mercadona que suelo hacer yo, pero que es preferible que lo haga
XY que a todo le pone gusto y ciencia. Codillo, sauerkraut, remolacha y gurken
(pepinillos) le falto puré de patatas al plato, no a mi deseo. Antes de cenar
ya nos habíamos pimplado, las vascongadas un blanco bueno y frío y nosotros cervezas, en la cena y la post-cena
nos bebimos algunos botellines de vino tinto más, ninguno de los cuatro dejó
pasar una ronda de vino. La socialización neotestamentaria del vino.
En una
de estas dice XY “siempre hay que hablar de ti”. A lo que respondí "porque a mí no me gusta
hablar y preguntar, y saber de los demás; seguramente nada" y añadí “ocurre que mi vida es mucho más trepidante o accidentada que la
media, y por supuesto que la vuestra, es decir que a mí me pasan más cosas”. Para
impresionar a MH y A les dije, “yo solo
he pasado cinco veces por el banquillo”, lo que no les dije es que habían sido
quizá bastantes electivas.
La
mayoría de la gente nunca daría pie a determinadas situaciones, porque siempre
las evitarían. Esta gente a la que le falta un potencial enorme de experiencia,
de garra y acumulación y libertad de
vida, son de perfil muy chato, timorato,
contenido, no salen de sus zonas de
confort jamás. Es gente a la que resulta
imposible no ya admirar sino tomarlas mínimamente en consideración, yo suelo hacer lo
contrario, no porque lo tenga planificado, sean normas de conducta o pautas de actuación, sino que
según sea cada situación tomo posición. Quizá me exija mucho, pero nunca veo otras
opciones, sino solo una cosa que es la que hay que hacer. Las circunstancias deciden por ti, no tú. Un señor
advocat, que dice renegar de su profesión ardorosamente, pero –se lo he dicho
más de una vez- por insuficiente, laxa, imperfecta, profana, ordinaria –él busca la excelsitud y el máximo rango en el tema advocat, que no
es el mejor sitio para buscarlo, y se abate,- aunque a este análisis ni llega él ni sus afines,
me comentó que él (corporativo vulgaris) no actuaría seguramente -¡menuda panda, y éste va de disidente!- contra dos abogadas, a
tal efecto recomiendo mi último libro. Saben que a ellos jamás les
pasaría. Yo les quiero mucho pero no se aproximan a la gente a la que yo tomo
mínimamente en serio, la considero, puedo admirar,
y reírme. Con la que hablaría de algo serio y me interesaría su opinión. Esa gente
la tengo absolutamente, el acuerdo es previo a todo, es de vida. Al, Fer...por ejemplo y hay más.
Bueno
pues ayer hablaron de mí, curiosamente, pero
por mis amigos vascongados. Fue por un
acercamiento reciente, también búsqueda de retomar contactos, a los que no he respondido cuando seguramente debería hacerlo. Tras
romper con todos ellos, nunca pensé en cómo eran, quedaban los profundos lazos
de amistad quebrados, vida vivida. XY desde hace unos pocos años, cuando salía
el tema, en su momento no recuerdo
oírla, me decía de mis amigos que eran muy divertidos, simpáticos, que le
encantaban todos, que siempre se
portaron de maravilla con ella
y que todos me
adoraban. Lo que no se me había ocurrido nunca. Lo que chocaba radicalmente
con mi
actitud de corte. MH que les conoce
a casi todos de siempre, decía lo mismo. Al parecer propendo/propendía a ser bastante querido. Muy bien ¿y mis enemigos de clase? Incluso me contó como un íntimo
lamentó la ruptura, se lo dijo varias veces. No lo sabía.
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