Un día por Santa Cruz matinal y luego vespertino

Ayer tuve que bajar al centro, incluso andar por él, era todo casi nuevo para mí, y resultó una mañana jalonada de encuentros.  Saludo a una funcionaria de Justicia, me acordaba su nombre pero no se lo dije no fuera a errar. 

Mi hermano y yo fuimos al despacho de Fernando, que ya estaba casi empacando para ir con su familia reestructurada a su inmueble de París, unos se quedan, otros nos vamos.

Esta  foto tan intervenida y que parece de estudio me la saco Ana G. La utilizaré cuando deba  dar una imagen decolorada de mi y sepia  de antiguallla y decadencia. Mi libro de vascos, debiera

 

Me encontre también con una jueza amiga

-si sigues igual- me dice

- De ser así que es imposible es por mi combinación de permanecia en formol. alcohol y  salazón, tú si que sigues igual de guapa y juvenil

Tan guapa, simpatica, divertida, friendly, besos y más besos. mi hermano le dice que vamos el sábado a su casa de Las Arenas, a donde suelo ir invitado. No se lo cree.

Cuando conocí a Fernando quien me lo presentó me dijo que había estado en Harvard, y yo le espeté:

- En un camping - y él me lo confirmó, ayer en su despacho de Sr Advocat saqué esta copia testimoniada como dicen ellos. Es un marco funcional de cocina, y no uno con molduras de pan de oro. Dentro dice algo de Harvard, que visitó un día o vio una exposición

En el bar por donde pasaba la jueza, aparece Superman , por las camistas en que se embutía a edad provecta. Es un editor de regional, subarrendado del principal que la subvención  gubernamental a gran escala le permite, tolera y dona, a tanto el título. como hace años los viñedos por la Unión Europa.

- Por qué no le publicas a P de una puta vez

- Porque es malo, no sabe escribir

- Bueno, si tu eras peor  ¿Que es de aquella gente...?

. Ahi sigue C publicando esas cosas horribles que hacía

-  A ver si vas a entender de literatura

- Yo soy un librepensador, Lizundia

- Tú ¿un librepensador? ¿quién te ha dicho eso?

- Tú, tú, me lo dijiste, sí, tú- me dice alborazado señalándome con el índice.

- Cómo te voy a decir, es lo contrario a tí, tu antítesis. Imposible, si eres un independenstista, dogmático, cavernícola, peón de la infanteria progre generacional, un clérigo de salmodias y lamentos - denunciándolo ante Fernando que no le conoce- y un poeta de pésimos pareados siempre repetidos-

Bueno venga -nos abrazamos-, a ver si nos vemos con más tiempo.