miércoles, agosto 30, 2023

Noche de luna llena en la Costa del sol


Aunque por diversos motivos no hemos podido celebrar la comida anual con Jamal y Chaui (mi única celebración del año), pero al menos no nos quisimos perder el lugar de reunión. Habíamos contabilizado  hasta 4 años consecutivos con ellos  en El Güeno de Málaga
Manteles y servilletas de lino, ad dignitatem, perfecta decoración, muy buena comida. 
Mientras, la familia se fue Marbella, Arun, que es un norteamericano excesivamente español y no sé yo si españolista,  -se decanta en todo momento por el español, en contra del inglés que ya lo habla también- casi se cuadra ante la bandera, aunque su padre conjeture que igual estaba pendiente de los coches, pero es una hipótesis sin alma ni espíritu, muy mecanicista.
El clásico matrimonio de tantos como 44 años, que habiéndose casado por la Guardia Civil (civil) en el Juzgado, lo hizo14 años depués sin que mediara ruptura o discontinuidad entre ellos por el "Eclesiastés"  (Iglesia) en Florencia, aprovechando la boda de Al y Serena, y que estaba abierta la posibilidad.

Con Al y Serena, de regreso de Ginebra, uno de sus golden retriever podium bronce, siempre nos divertimos mucho, décadas, procurando reirnos de todo lo que se mueva
Nunca he encontrado más deliciosa la Costa del Sol. A veces vemos África. Salir de casa, ver las vistas y cómo las suaves colinas están revestidas del verdor copudo del pino mediterráneo festoneado por viviendas o urbanizaciones blancas perfectamente injertadas, es un deleite estético y espíritualmente amable y apacible-.
Con luna llena, padres y abuelos en la piscina de cuento siempre vacía, en el día de ayer Arun aprendió a nadar en Cabopino, cabe decir, con una tenacidad, perseverancia, entusiasmo dignos de su personalidad de pillo, granuja y listísimo (ser aitite  (abuelo) en baskisch por consenso del resto, justificaría esta exaltación), con memoria inhumana.
Tantos días de natación me hacen colegir, que sigo siendo un buen nadador, por no poner gran. 

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