Hace nada, con el texto terminado, la mala fortuna -o los Yennoun que los hispanotangerinos de corazón abierto y víscera vista, dirían gozosos- me hizo desparecer el texto, muy enjundioso, impropio de un medio face book anti discursivo, fogonazo, instantánea, selfi.
Hacía recuento de mi viaje por dos patrones del pijismo, Las Arenas que con Neguri y Algorta (fanática y tribal, de clausura monacal) forman Getxo y ahora Marbella, o mejor, su zona de Cabopino. Del pijismo constituido por el mundo financiero industrial, oligárquico al descendiente del empresariado de la autarquía - monopolios, contratos del estado- tradicional asentado en la Corte con el turismo selecto internacional naciente.
No haré los análisis de antes del borrado, sino simplemente rendir merecidas cuentas y culto al nuevo pijismo socialdemócrata, al crecido y hecho de las grandes retribuciones de los altos cargos y mejor aprovechamiento y disponibilidad de los recursos del Estado con la política, que jamás fueran quemados por ningún hielo cortante sino caldeados por el calor apretujado del poder político. Estos grandes hijos de la simulación y la engañifa, el buenismo y el saqueo "no deseado", que el pijismo histórico no ha necesitado, eran quienes eran, estos no, hacen que son lo que fueron y no dejaron de serA) ellas en su espontaneidad sin planificación llevan el peinado mojado y maltrecho de la libertad sexual recien ejercitada, sin buscar dar ejemplo ni mensaje
B) los niños no son muchos ni seguidos ni visten iguales, aunque por sus colegios, extranjerías y urbanizaciones no los distinguiréis,
C) ellos por máxima acreditación intelectual posible llevan la hoja parroquial de El País con ostentación, debajo del brazo o su foto en las redes.
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