Llevo décadas viniendo a la Costa del Sol, y más a gusto no puedo estar, 3 años ya en Cabopino. Alrededor, un estar en el mundo amable, cosmopolita, sureño, sitios atravesados de historia, turismo y forma de ser. Sin necesidad de entrar en los tablados flamencos, ni tocar palmas. Ayer por el casco antiguo de Mahhbella (en cubaní).
El magnífico casco antiguo de mahhbella, crisol y plétora de turistas muy civilizados, que decepcionan algunos al verlos pasar, jovenes ingleses con aspecto de pastores metodistas y cupo de cervezas. Presintiendo y deseándoles el merecido desdoblamiento.
la terraza de arriba en cuestión. A donde he salido a ver la luna y el móvil
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