Si vas a Marbella tratas de adaptarte al medio, ser uno más, uno de ellos, que es la forma de respetarlos, inculturización se llama. No vas ir desastrado, afectando un look bohemio, contracultural, artístico, vagabundo, sin afeitar, con camisetas raídas y sucias, sandalias, pantalones de lona y remiendo, faltando al decoro general. A la vez dejando marcas indelebles de hostilidad.En Marbella no solo está representada la punta de lanza del pijerío patrio, sino en otro de sus altares se rinde culto al famoseo, la farándula, el mundo de la ficción tiene en estos sitios su escenario más humano y cercano, sin perder por ello rutilancia.
Oteamos a Aida Nizar hace un par de días y ya nos pusimos ojo avizor en nuestro barrio marbellí de Cabopino, donde ella reside, y al parecer dirige a los vecinos contra administradores de urbanizaciones. Si uno realmente quiere dejar de ser turista o veraneante sobrado de suficiencia, ha de integrarse en el pueblo y ser tenido por uno más, perfectamente sumado, y deberá someterse a sus jerarquías naturales y liderazgos, que siempre encabezan los más capaces y mejor dispuestos. Aida Nizar, personaje televisivo, reina de los reallitys y escándalos, diatribas y broncas, alguien energética, de vuelo rasante y flechas de ballesta en el carcaj.
Eguiar le abordó y ella simpatiquísima le propueso una foto conjunta y no de ella sola. Le hizo llegar la admiración familiar por su persona, seguro que la volveremos a ver.
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