domingo, agosto 13, 2023

Los zapatos de mi hermano: botas de esquí o de poligonera

La intersección de las calles H-eros con Ajuria-guerra de la villa de Bilbao donde fui dado en nacer (no lejos), que  podía decir Heidegger, los estructuralistas y los zapadores del pensamiento posmoderno, Foucault, Derrida y todos los franceses triunfantes en las universidades americanas- el sujeto pende  de las estructuras que lo articulan y determinan, está contenido por ellas. El sujeto depuesto por lo dado.
El fotograma me lo sacó a traición mi hermano el otro día en Bilbao, y me la mandó ayer, regresó (sin necesidad de expulsión) a Tenerife. Le han enseñado a hacer revelados artísticos, y asi cultiva su identidad complementaria: creador plástico
la gilda increible, se lo mando a XY que rinde culto a las gildas y el vermú de Gonzalo.
El otro día me ve mi hermano atarme los cordones de unos naúticos y me confiesa que no le gustan los zapatos con cordones. Lo que me dio por pensar- seguramente no sepa atarlos- y me muestra sus zapatos por el empeine 
-mira yo nunca los uso
- pues no es nada difícil hacer el lazo.
No parecen mocasines, sino un extensible de  persiana por el empeine en pequeño. En la foto que nos hizo la hija del chino del chino, veo que mi hermano casi tiene mi altura. No deja de  sorprenderme, ya debo estar encogiendo rápido, Pero no le doy más importancia, hasta que días después me fijo en sus botas de esqui.
- quién te llevó a comprarlas o fue idea tuya- son verdaderas plataformas con ranuras para el hielo, cuando según él estuvo a 45º en el Arenal de Bilbao
-¿no te gustan?
-asi pareces una putilla poligonera
-bueno, tú y yo somos unas mujeronas que aspiramos a ser algún día unas mujercitas (lo dice por el libro y lo dice siempre)
 

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