viernes, agosto 04, 2023

El príncipe Octaviansky mi abogado total, final tras 9 años


Han sido 9 años de pleitos concatenados (Seguridad Social incluida),  negarme casos (pleitos) que llevar, cansarme, ir a consultas y no tener a nadie, venir a mis juicios cuando les demandé con escuadrones de fascistas sindicales, tener que ir hasta la sentencia definitiva a la asesoría, lejos de amilanarme, me hicieron aguantar. La fortaleza es aguantar uno, para el otro, resistir. Y sonreir irónico y provocador, porque pasas la respuesta o inacción al otro. Ser inteligente cuando los otros son idiotas. Tan idiotas como que casi ya han (he) cerrado el sindicato (por hemorragia que no calcularon), y estultos inmorales infringiendo la legalidad laboral en derechos fundamentales, sin medir las consecuencias. En la guerra como en la guerra.
Y sobre eso se construye la pericia jurídica, en la no claudicación a lo que siempre  exortaba, a los tentados al abandono o la baja por IT. La experiencia de uno no creo que sea muy transmisible, todos somos distintos, por eso creo que  en mi caso, no estar en tu lugar para el caso que tengas alguno, sentirte incómodo incluso infeliz, es muy constructivo, la adversidad te da intimidad, y hace apreciar otros campos, tiempo libre, y estar en mundos que no valoras te hace conocer mejor las cosas y personas, apuntar como un francotirador
                                                    
Y hay que tener amigos en todo lados -aunque de un tiempo atrás me estimulen los enemigos, que a diferencia de amigos me cuesta más hacer- como Manolo Suárez y Rafa Abreu mis dos abogados camaradas, que han dado mucho asiento a mi vida, playas a las que no voy, terrazas a las que sí.
En las fotos mi abogado el príncipe Octaviansky y mi hermano, y hablamos ese día, antier, de escritores de rango, periodistas judíos soviéticos, Vasili  Grossman e Ilia  Ehrenburg que en prensa animaba al Ejercito Rojo a que se cobraran daños y muertes con las mujeres alemanas, tanto le siguieron que fueron 2 millones las violadas y 3 millones los colonos alemanes que llevaban siglos en Ucrania, Rusia ... que devolvieron  a Alemania. Ay, el glorioso ejército rojo, de tanto predicamento en los de siempre idénticos y atorados. 

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