miércoles, agosto 02, 2023

Obliterado del Consulado marroquí de Las Palmas

Desde mi primer libro sobre el Sáhara, hará más de 12 años,  siempre he sido invitado a la fiesta de la entronización del rey Mohamed VI, que nos encantaba, en el hotel Santa Catalina de Las Palmas, de paso te dabas una vuelta por la ciudad.
¿Mi obliteración de este año obedece a una depuración? Me temo que no, sino algo más prosaico: o descuido o falta de rango, igual de inocuo soy para los dos casos. Con el anterior cónsul Ahmed Moussa,  me llevaba  muy bien.  Había sincero aprecio y simpatía entre los dos. Conmigo tuvo bastantes detalles, salvo uno: comprarme libros

Me llamó a Casablanca cuando me estaba contando un padre  y exalumno la actuación del Colegio Juan Ramón Jimenez  que cuento en Los sucesivos vetos:¿Poscolonialismo politico español con Marruecos? 

XY me dice y reprocha: que no te inviten este año con todo lo que has hecho por Marruecos, mira la mesa llena de libros. Algo que también me han dicho amigos.  Esa conciencia no la tengo, he escrito lo que me iba saliendo, por tanto lo he hecho siempre por mí, y tampoco soy de los que siempre salen en defensa de Marruecos, como profesionales de ello,  no se  ayuda estando de manera acrítica y ciega, Mis críticas escasas simpre han sido constructivas, por si pudieran servir de algo, que sé que no, Tampoco suscribo esos apoyos masivos indirectos de los abajofirmantes, de los que eluden por completo todo compromiso crítico, racional, cognitivo, mediante engendros argumentales trastabillantes.

Merezco seguir yendo a las fiestas de entronización, no por méritos en todo caso menores y muy difíciles de evaluar, sino por costumbre y derechos adquiridos. 

 Como me dijo en una ocasión el Cheijk Bachir Edkhil: Tú Lizundia no buscas nada. Pues ahora sí, seguir yendo. 

No hay comentarios: