viernes, diciembre 30, 2022

Lecturas recientes. Mañana: cosmopolitismo y globalización con album

Escrita algo antes de que fuera encerrada en Auswitch (y asesinada), la vida da mucho juego en sus obras, nunca son lineales, sino quebradas y disrruptivas y por eso ricas, se tiene la impresión de que la vida siempre va por delante de la literatura, aunque ésta  las cree. Seguramente ahí su fuerza.

He leido a Simone Weil y la cité en  mi libro Las ruinas del sindicalismo. Este libro no es sobre ella directamente sino sobre una carta que escribió  a George Bernanos, que no contestó, pero que apareció bien doblada muchos años después  en su cartera cuando murió. La escribió cuando fue al frente republicano de Aragón con los anarquistas. Es la literatura actual que me fascina, supone conservar expectativas de novedad en ella, de  creatividad literaria, desdeñando fórmulas, formularios y formulismos,
He leido La Mujer de esta Nobel, pero esta no la he empezado aún. El premio liteario que valoro,  el único realmente, es  el Nobel aunque no me interesen todos, ¡qué autoras y autores! Solo llevo puestas mujeras cuando deploro la literatura de mujeres, no distingo por  géneros, incluso no quiero los géneros clasificatorios, y menos quiere saber de quienes hacen  esas finísimas intelecciones,
No es Del cero al infinito de Arthur Koestler, ni mucho menos, lamentablemente. Siento absoluta simpatía por todos aquellos comunistas, que evolucionaron, con grandes costos personales, a posiciones liberales y anticomunistas. Muy pocos. 
Aunque este libro de cuando estuvo en la cárcel de La Santé de París por anaquista belga es muy monótono. Y no es su periodo de vida más interesante.
Se trata de recordar lo que uno más o menos ya sabe, es la vuirtualidad de la divulgación, aunque a veces lo contrastaría con otras fuentes
Es uno de mis autores favoritos, va después de Ernst Jünger y Peter Handke en la cronología del descubrimiento, con menos voracidad, o con tan poca que me cuesta empezar sus libros por no gastármelos. En la Calle Correo de Bilbao, en un portal, se vendía hasta hace no mucho -no sé si siguen-  perritos de mazapan con una cinta al cuello, querias comerlos pero te atenzaban los escrúpulos por  los perritos tan conmovedoramente inocentes, lo mismo me pasa con Perec. Me cuesta empezarlos para no acabarlos, por eso ni lo he empezado.

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