jueves, diciembre 15, 2022

Argentina, un equipo de blancos, acto 4º

                                              He descubierto tardíamente el fútbol y me conformo   con que a ratos  pille las genialidades individuales,  tan abundantes, y destellos del juego colectivo de los equipos.  Pero me interesa aún más la sociología, la semiótica: comunicación,  opiniones,  comportamientos amistosos y muy civilizados, el saber perder como ayer demostró el equipo marroquí, que concitaron todas las simpatías y admiración por su juego.

He leido en las redes bastantes comentarios sobre nacionalidades, razas, geografías, orígenes, culturas. Y me da la impresión de que el buen ambiente de convivencia y comunicación creado como la deportividad y cortesía habidas, por su intensidad tanto en los gestos,  abrazos  y besos entre los jugadores rivales como con las hinchadas, será histórica. Dicho con cautela, no soy precisamente un seguidor de mundiales, olimpiadas y cosas deportivas. En realidad de casi nada. La justificada expectación  y representación que ha concitado Marruecos en África y el mundo árabe no se ha traducido en ningún frentismo. 

                          

Mientras que los buenos jugadores juegan en distintos paises todos mezclados, sin importar procedencias, las selecciones nacionales siguen siendo nacionalmente homogeneas, pero ya sin depender ni del lugar de nacimiento. 

Me quedo con varios que dicen en las redes que en la selección francesa hay casi tantos africanos como en la de Marruecos, aunque habría que preguntarles a ellos directamente de dónde son.

En un post anterior, creo que 2º acto, defendí que por ejemplo Achraf Hakimi aun nacido en España y de nacionalidad española, diera prioridad a sus orígenes familiares, ambiente familiar y tuviera como nacionalidad afectivamente preferente y sentida la marroquí.
Pero también  escuché a un jugador negro de no recuerdo que selección, decir que era feliz de representar a Alemania, Francia, u otro porque para su padre la obtención de la nueva nacionalidad fuera muy importante y sentida.
También es a valorar que ningún español (según no oído),  haya reprochado a nadie (otro español) que juegue con otra selección o tenga lealtades distintas preferentes o únicas.
Si me gusta la formación de la selección marroquí, en buena parte,  con jugadores no nacidos en el país pero orgullosos de sus orígenes familiares y culturales, valoro lo mismo o más a los procedentes de fuera y otras culturas que se identifican con la patria de acogida. Me gustó ver jugar a la española con tres africanos de origen a la vez, la España cosmopolita, interracial,  moderna por fin.
Hay quien decía que Marruecos y Argentina representaban el Sur (bueno) contra el Norte (malo).
Los argentinos pudiera ser que no profesen un sudamericanismo muy acendrado, y da  la casualidad que todos son blancos, lo que en el Norte supongo ocurrirá con muy pocos equipos.  Simpáticas paradojas nomás. O véte a saber.

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