Cuatro libros: de la Nobel Annie Enaux, Emerson, Coetzee y Chesterton

El Nobel de literatura me descubrió  a  Elfriede Jelinek y Herta Müller. El único premio literario que me ha permitido seguir a grandes y singulares autores, que se me hacía  extraño  por la institucionalidad y simbolismo canónico del premio.

No pude acabar este libro, que trata de la relación   de la autora con su madre, cuando ésta enferma de alzheimer y su degración invade su vida, pero hasta entonces  su literatura intimista y autobiográfica, como reza la solapa (de su obra en general), resulta deliciosa y muy llana, cotidiana, "diarista". 

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A pesar del interés del autor hube de hojear su interior porque su título es de auto ayuda.  Es un libro de otro intimismo: metafísico, especulaciones del alma. Lo dejé de inmediato.  De los trascendentalistas me quedo con su referente Walt Whitman y con alguien ajeno y francés, Alexis de Tocqueville y sus Quince días en las soledades americanas, a caballo con su amigo Beaumont. Ahí está concentrado el naturalismo, con bosques acérrimos e indios huidizos, la vitalidad y el individualismo de los trascendentalistas. Recuerda a Thoreau.

                                 

Otro premio Nobel, un libro suyo comienza como La mancha humana de Philip Roth, una frase en clase con referencia involuntaria al color negro, tomado inmediatamente por racista y salida de la universidad. Fue un activista contra el apartheid. Un autor muy interesante, que leí bastante, como la presente novela. Con un engranaje  que moviera la novela experimentando en terrenos pantanosos, que no es hacer literatura experimental.

Sabía que Borges era admirador de Manuel Machado y que a su hermano Antonio, uno de los faros de la santidad izquierdista civil, despreciaba, y que, así mismo,  admiraba y mucho  a Rafael Cansino Assens (el mejor para él), pero no sabía que fuera acérrimo de Chesterton. A este autor me introdujeron dos adeptos de él de primer orden, Fernando Savater y Juan Manuel de Prada. Es el rey de la paradoja, la inversión como lógica metodológica con finalista verdad desvelada, y de la claridad de la contradicción.