martes, diciembre 13, 2022

La argentinidad dual, 2º acto

Ayer hablamos sobre el mundial y Sánchez (cuya psique es arrebatadora, subyugante, una navaja fría e impávida, un hombre alejado de Dios  y de cualquier ética con fundamento trascendente). Como dijo Tolstoy, leí recién, aunque creo que es de  Dostoievsky. Si Dios ha muerto todo está permitido. Ana A y yo tenemos  un preferido: que en ningun caso gane Argentina.
Cuando XY y yo hicimos 25 años de bodas de plata pensamos ir a Buenos Aires, sólo a Buenos Aires, donde está la autenticidad argenta, verles y oírles, trabar conversatas,  nos documentamos a tope. Primer dato en Google: 95 % descendientes de europeos (ahora no lo he visto). A mi hijo que se tiró un año allí, y ha viajado mucho por nuestro continente hermano, le pregunté cómo caen los argentos en sudamérica, ¿tan mal como aquí? Son tan marcadas sus características que no ocultan (nunca verás a un  argentino en una obra o cuidando viejos)
- Mucho peor
- ¿Y eso? 
- No ves que no quieren ser americanos, sino ingleses o a lo más franceses, pero de París
Veníamos en el TGV hace décadas de París a Hendaya, a la 1 me fui al vagón bar a succionar alguna cerveza. Estaba todo lleno de argentinos, yo hacía que miraba la campiña francesa y su ganado, pero con los oídos como el rádar de un submarino, ellos derrochaban poder y potencia, autosatisfacción y distinción. De pronto veo aparecer a XY
-Ca-lla- te, que son todos  aregntinos, que no te oigan- y nos pusimos los dos a escuchar su plenitud radiante, y al oído, ¿sabes lo que han dicho? cuchicheábamos. Unos iban a ir  de Madrid a las islas griegas, y los más menesterosos a Marbella, para luego contarlo en Punta del Este (Uruguay) o en Mar de Plata o Pinamar. Pues más argentinos nos volvimos. Cuando hagamos las bodas de plata al Río de la Plata. Hace poco, que había cobrado una indemnización laboral, le dije a mi hijo y nuera de ir los 4 a Buenso Aires, las dos veces se frustró el viaje. La primera me eché para atrás un poco temeroso de ser tomado en todas las ocasiones por un pardillo y pueblerino. Un flautas, un  gallego
Tuve dos o tres amigas argentinas y dos clientes. El último tenía apellido más o menos vasco y amistamos (yo le admiraba y él me necesitaba), y entonces me hablaba con toda franqueza fraterna  mal de los canarios, que eran unos aplatanados  y blandos, y le tenía que decir 
-Te van o ir
Le daba igual, era muy espabilado aunque tuvo un  rasgo de cobardía con un empresario de Santander que le amenazó. Si no tiene ni media hostia, le contrarresté en bilbaíno. Siempre se metía en líos, pero le mandaba al juzgado para que moviese su asunto y consiguió varios embargos.
-Cómo eres tan habil, argentino-
-Lizundia, esto está chupado, todos los funcionarios te ayudan
- Y ¿cómo es en Argentina?-
- Allí lo primero es estudiar la situación, controlar los cafés e invitar, y aquí puedes prescindir de todo eso. Casi te invitarían ellos.

No hay comentarios: