Todas las navidades y solo en navidades me pongo esa prenda vasca que en Bilbao se llama kaiku y en San Sebastián lekeitiarra (también gentilicio de los de Lekeitio), cuando en estas pasa Izaskun, que profesoró a nuestro niño en el Monte-story y es la dueña de la librería de Mujeres, y nos saludamos como si nada:
-Izaskun maitia (cariño), mira mi lekeitiarra, como tu padre-
El padre de Izaskun era precisamente de Lekeitio, y la madre de la Gomera
-¿Esa chaqueta es muy Brooklyn, no? -inquiero. Para los que no lo sepan actualmente lo verdaderamente cool está en Brooklyn y no en Manhattan, como el menos avisado puede erróneamente pensar.
- Cómo será de Brooklyn que se compró allí, me la regaló ella-
Cuando me canse ya te la regalaré- me dice mi hijo-Si porque ir de vasco es infinitamente menos cosmopolitan que calzar el punch Brooklyn. Les dejas a todos pueblerinos y/o comarcales
Yo apenas salgo de casa si no es a la gasolinera a comprar el periódico y el miércoles la revista (del corazón con sus suplementos Fashion y Home) ¡HOLA!, pero las veces que salgo -siempre voy al mismo sitio- no veo a nadie, no ya pararme o saludar sino a caras conocidos. Por lo que siempre digo, aquí todo el mundo se está muriendo antes que nosotros, que desgraciadamente ocurrió con Fer. No veo otra explicación científica.
No solo he ido dos veces al mercado sino que ya he regresado a Mercadona, desde febrero ausente, y no había un solo empleado conocido.
Pues ayer no solo encontramos a Izaskun sino también a Pikiki y Jaime, hermana, y su perro y llegaron los americanos, el caso es que acabamos picando tipo cena, empalmamos
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