jueves, abril 08, 2021

Mi mesa de trabajo con el material de estudio (fascinado con Mrabet)

La parte más adelantada del cuerpo emergiendo, en absolutamente todas las ocasiones al tener abolida la posición vertical. Mi destreza en el manejo de la silla de ruedas progresa, no al punto de una peli de excombatientes de la guerra de Vietnam, que trato de emular, que es la que me hubiera correspondido a mí, de ser lo que me hubiera gustado ser: norteamericano 
Este es mi material de trabajo: dos números de HOLA, un Semana y un Living de decoración y estilo, que lo compraba aparte pero que  ahora lo arraciman con el Hola, No he expuesto
 las revistas de decoración que también consulto.
Los pijos ya sé que son aborrecibles, pero no podemos perder todo contacto con el mundo pijo, porque uno se reeduca y aguza la perspectiva estética, y es bueno recomendar Living y HOLA
Lo mejor de Mrabet que he leído, un deleite absoluto. Si nos fijamos es el único libro de mi mesa de trabajo. 
Aventuro una tesis que ya la vengo insinuando. 
A ver si va a ocurrir, a pesar del quorum condenatorio de Bowles post mortem, que va a ser el único que captó la marroquineidad en su esencia más profunda, su
idiolecto y sociolecto,  y el espíritu de una cultura literaria con  capacidad de vida irreductible.  No puede ser casualidad el trabajo de Paul Bowles con el Chukri temprano, Mrabet, conservando y trasladando el cuento marroquí a la literatura escrita moderna, el mundo de Las mil y una noches como señala el propio Juan Goytisolo en el prólogo del libro,
Sobre Paul Bowles, sin elucidar su relación con los autores, de indudable profundidad, se vierten solo juicios morales. Los juicios morales siempre instauran la estupidez sin aclarar nada.

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