jueves, abril 22, 2021

Fui marxista, los consecuentes y dialécticos anticomunistas

 
Ser marxista suponía tener ideas y  en ellas el origen de su ideología/creencia, como en el cristiano la justicia social, y en cascada, testimonio, ejemplo, compromiso y demás virtudes teologales de los sacerdotes obreros que colonizaron el Partido Comunista español al final de la Dictadura del general.
Los cristianos, comunidades  de base, de la teología de la liberación al estar tan imbuidos de valores cristianos de redención, compromiso moral, testimonio y ejemplo no evolucionan. Y se pasan 
la vida con la justicia social, su testimonio, ejemplo (se importan ellos y así conciben su pretendida superioridad moral...vomitiva) sin saber que es de los jesuitas, y al margen de nociones científicas de progreso material, riqueza, producción y distribución.
Los de las ideas (los marxistas directos) son lógicamente los que más fácil pueden evolucionar, las ideas siguen ideas, y captan  la realidad insólitamente  cambiante frente a la fijeza desnuda de las ideas, y el elaborar de  la experiencia, 
Este libro que releo de la Revolución Francesa es de un miembro destacado, George Rudé, de la escuela de historiadores marxistas británicos (otra cosa) entre los que se encuentra  Eric Hobsbawm. Una leve inclinación, por favor y taconazo si fuera menester.
 

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