El orientalismo no lo inventan los occidentales, lo ejercen en todo caso, pero sin conciencia, su imaginario condensa y selecciona libremente imágenes según los estímulos que recibe. No es un tribunal que confronte derechos y sea requerido por nadie. Aunque esta sea una latencia en su denuncia. El orientalismo en cuanto conciencia y reivindicación es producto de los orientales, pero no en general, sino de los orientales occidentalizados. El caso más notorio es el de Edward Said, que a tenor de su biografía, gustos, preferencias y hábitos, el imaginario de identificación y confort –su amigo Christopher Hitchens es prolijo en describirlos- hay que aceptar que es oriental, pero solo porque lo dice él.
El orientalismo persevera en ser objeto de la mirada del otro, lo analiza y asume desde esa posición, acepta tal cliché. Edward Said y Juan Goytisolo comparan la bibliografía existente entre occidentales sobre Oriente, a favor totalmente de ellos, y al revés. ¿Cómo es que no dan importancia al peso de la tradición, a imagos ancestrales y se desentienden de la biblioteca de Bagdad, en el 815 de un millón de libros o los 400.000 de Córdoba? Podían haber precisado como hace Akalay en este medio, la importancia del romanticismo, o las nuevas artes – el romanticismo, francés sobre todo, también pulió un cliché de Andalucía. La extemporánea partitura del colonizador/colonizado estimula la máxima tentación humana junto al ansia de reconocimiento -con paradigma en el mito del amo y el esclavo, hegeliano-lacaniano- que es el victimismo y la infantilización en lo que han hecho hincapié desde Todorov a Fukuyama pasando por Pascal Bruckner, y clave de bóveda epocal. Sacar el orientalismo de su marco natal y encofrado psicológico, el postcolonialismo, es ir con los tiempos, avanzar. En ese caso no se hubieran olvidado los Said y Goytisolo, ya que de libros trataban, de la riqueza en obras, la ingente producción y conservación de manuscritos en Tombuctú, Gao, Djenne o Chinguetti, en los que no hay rastro del epifenómeno cultural del colonialismo, (que por cierto, abarca relativamente poco). Como dice Ousmane Kane la biblioteca colonial y epistemología eurocéntrica proviene básicamente del S XIX, sin atenerse por desconocimiento a una realidad previa esplendorosa, como aquella biblioteca araboislámica y una epistemología oriental. Pero da más juego el Orientalismo, porque garantiza la posición más envidiada hoy en el mundo: la de víctima. O como decía Todorov, mejor que víctima, descendiente de víctimas. De eso que te libras.
José María Lizundia Zamalloa
https://www.estrechonews.com/opinion/la-deconstruccion-del-orientalismo-por-prescripcion-juridica-historica/
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