Mi hermano, los hórridos aforísticos y Chomsky

Fernando II y mi hermano sin gafas

Empiezo por el final, le ofrezco a mi hermano subirle hasta donde ha quedado con sus compañeros de Tenerife del instituto.

-Te dejaré en el cruce con el parque de La Granja

- síiiii... pues muchas gracias

- sí, hoy estoy fraterno, de paso me cuentas algo de tu propia inventiva

- yo siempre le pregunto lo mismo ¿Dónde estás y por qué? , ¿a quien has visto? y ¿alguien te ha dicho: Hola Víctor ¿cómo estás? 

-A ver espera que haga memoria... hoy no te visto a nadie

- y alguien te ha dicho "hola Víctor ¿cómo estás?"

- Parece que es una pregunta sencilla de responder. Si te digo que no he visto  a nadie, no puede haber alguien que me haya dicho "Hola Víctor: ¿cómo estás?"

- Es verdad ¿y alguien te ha podido ver, de costado, oblicuo o por detrás en un descuido tuyo?

- No tengo ojos en la espalda, aunque pudiera haber pasado sin yo saberlo

-joder hermano, no se puede hablar contigo de nada

Esta era la conversación de diario, repetido hasta que se fue a Fuerteventura

Antes de ofrecerme a (sobre)llevarle le dije:

-te cogerás un taxi para ver a tus colegas funcionarios-progresistas- más de lo mismo,

 ahora que no dependes de minutas de honorarios que no  pagaban, ni del turno de oficio que tarde y mal , sino del aparato de estado y la casta funcionarial progresista tan unísona en sí misma.
- que vamos hacer si piensan todos igual, que quieres que los mate, pues  habrá que aceptarlo, hay que entenderlos, no ves que quieren estar siempre a bien.
- pues vaya ambiente más interesante: como estar con Pablo Coehlo, y leyendo a los aforísticos enemigos de clase Saramago y Galeano; más Rosa Montero y la gran Almudena Grandes, la más fina intelligentsia hispano-metoo; y a sumar Chomsky, el peor de todos.  No se puede concebir pasar de la gramática generativa  a ser un panfletario, consignista y tirarse odiando durante 8 o 9 décadas, que se dice pronto, a tu propio país. Eso no  me  pasó ni a mi, por poner un ejemplo extremo y marginal, con España, que solo la odie durante a lo sumo tres décadas.