miércoles, junio 10, 2020

Bachir Edkhil, el beduino idrisi. Otro autor

Esta foto se la sacó Clara, incluso hasta pude ser yo, cerca de Smara y cuando íbamos a la jaima de un hermano de Bachir. Como somos anti-etnográficos Clara me sacó en vi-de-o tomando té, que lo hice. De algo que no se me podrá acusar: de que me atraiga lo exótico, y mucho menos que haga méritos para gustar o ser aceptado.  Más bien no hago ni el mínimo. No hay ningún principio en ello, sino una realidad, a estas alturas, plenamente consolidada.   Padre distante, madre consentidora., digo yo, porque viene de siempre.
Bachir ayer me decía que estamos en la misma onda, entre otras cosas, porque nos gusta (tirando a encantar) bromear y es verdad y ya lo dije, o dejé escriturado si se me permite esta torsión semántica.
Ocurre esto también con mis amigos marroquíes que no tengo a mansalva, sino solo tres buenos amigos. Hay una cosa común en estos tres amigos, nos encanta reírnos, el humor. Con Chaui es cada 5 minutos, con Jamal, 10 -toma muy en serio la política que  le absorbe y distrae-, con Bachir, por su propensión al mucho disertar, cada unos 15 minutos.
Ayer acordamos Bachir y yo editar su libro autobiográfico, en el que  política, reflexiones y pensamiento están plenamente incardinados. Me produce una inmensa satisfacción hacerlo, libro fundamental  de historia y vida. De generación (nuestra generación fue mundial en creencias, ideas y expectativas de abolir -únicamente- la realidad, en lugar de hacer solo poesía). Editar mi colección sobre Marruecos, al ser foráneo agranda esa satisfacción. Resulta, que al final hacemos cosas que merecen la pena.
Lo más sorprendente es que tienes el campo libre, porque nadie lo hace. 
Tras mi gazzi virtual por Tánger -en mi caso: Tánger como fugacidad- regreso a mi lugar de ingreso/acceso y pertenencia sahariana que se proyecta -no vamos a estar todo el rato con la misma historia-  al resto del territorio.
Bachir me descubrió varias cosas, una de ellas es  la afinidad o identidad compartida que confiere haber tenido la misma enseñanza en español y hablarlo correctamente y todo un  sistema de referencias culturales y simbólicas. Es imposible no considerarlo uno de los tuyos, formar parte de la misma comunidad, que además tenga el lado musulmán como  troncal pues mucho mejor para él. Yo sería solo monista, pues peor para mí.
Las identidades a poder ser múltiples, superpuestas, trenzadas, mestizas, contra el furor identitarista posmoderno. Todo lo que se pueda hacer será poco.


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