Mi fake brother o el fantasma de Canterville

Parece recortado y sobreimpreso, incrustado, usurpando el lugar central

 Adonis posando para la posteridad, el ungido unigénito y congénito. Desde un punto de vista más psicoanalítico, su yo ante el mundo como representación, que no tiene que ver con la soberbia, altivez o desdén sino con su íntima centralidad frente al mundo como voluntad y la vida. Malversando a Schopenhauer. Un narcisismo esencial que se diluye en el trato con los otros, que lo absuelve. porque detesta a los animales salvo a  gatos y niños.

                                       

Fake brother ya ha tomado la tablet y dispara sin orden ni concierto, ya no hay figuras pricipales sino amalgamas y saturación- Nadie puede usurpar el trono al unigénito

No quiere detalles sino generalidad, superposición de personas y objetos, sin deslindes ni jerarquías otras que las que él protagoniza.

Es como si prefiriese las camas redondas al tálamo nupcial

(o ninguno de las dos)

Hubo mucho vaivén el lunes, unos  que  vienen y otros que se van,  pero fake siempre se queda al pie del cañón.

Estamos los de Washington (que por familia me corresponde) los de Chicago, Pensilvania, Nueva York, y locales. Fake brother, por el Monturrio o Duggi, barrio de Santa Cruz, donde cohabita con su hermano que apenas se saludan, que también vino.

Robin es fotógrafa y quería sacarme alguna foto de estudio, todos deploran las fotos de movil que me saco para las solapas de mis libros, que me mejoran del natural una barbaridad, aunque nadie lo vea así.

Era el cumpleaños de Eloise la niña de Chicago, por fin un acto de adultos sin complejos y con familia americana

La pesadilla otra vez, el fantasma de Canterville